Cristina Fernández, vicepresidenta de Argentina y viuda de Néstor Kirchner
Argentina
Cristina Kirchner se entusiasma y ataca al presidente argentino: «Si Evita lo viera, ¡mamita!»
Tomó carrerilla y a velocidad de vértigo se subió al carro de combate contra su propio Gobierno y el presidente, que ella eligió como candidato para llegar a la Casa Rosada.
La vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, se llevó las manos a la cabeza y aunque no puso a Dios por testigo, apeló a su particular deidad para atizarle a Alberto Fernández: «Si Evita lo viera, ¡mamita!», exclamó varios veces.
Una, dos, tres, cuatro y hasta en cinco ocasiones la viuda de Néstor Kirchner repitió la palabra «mamita» para reforzar el ataque que le daría a Evan Perón si levantara la cabeza y descubriera que los subsidios oficiales, los reparten los movimientos piqueteros y no el Gobierno.
«El Estado Nacional debe recuperar el control, la auditoría y la aplicación de las políticas sociales», arrancó CFK, siglas pro las que se conoce a la mujer que ha concentrado mayor poder en sus maos en la historia de Argentina.
¿Se le ocurre a alguien que podemos tercerizar la Policía?
«No pueden seguir tercerizadas«, las políticas sociales. »El Estado debe tener el monopolio, así como tiene el monopolio de la fuerza. ¿O se le ocurre a alguien que podemos tercerizar la Policía? No», enfatizó la ex presidenta entre y años.
Apasionada de su discuro reivindicó: «El Estado debe recuperar ese rol y transparentar frente a la opinión pública todo esto", reclamó.
"A mí, no, me gusta que me quieran convencer de que eso es peronismo», reflexionó para referirse al cambalache del que ella misma participó cuando fue presidenta para tener a los movimientos piqueteros tranquilos.
”Eso no es peronismo, el peronismo es laburo, trabajo. El peronismo no es depender de un dirigente barrial para que me dé el alta y la baja” (en las ayudas), desarrolló ahora con esta nueva visión del movimiento que fundó el general Juan Domingo Perón.
En el fragor de su exposición dedicó un capítulo especial a las mujeres: «Son la más explotadas», «a las que más basurean en prácticas misóginas y machistas».
El discurso ultrafenista no tardo en imponerse. «Ellas son las que revuelven las ollas en los merenderos y son las que siempre tienen que ir a laburar». Hasta ahí, todo se ajustaba a la realidad.
A partir de ahí, en expresión criolla, se le soltó la cadena. «Los tipos rara vez laburan. Las que van a laburar son siempre las mujeres. Es así y ustedes saben que es así».
Dicho esto, recuperó las figuras emblemáticas: "Que el Estado recupere en nombre de los que nos dieron vida de Perón y de Evita… Si Evita los viera, mamita… Imaginando y leyendo todo lo que hizo Evita, ¡mamita!”. Y así hasta seis veces.