Bashar al-Ásad rodeado de sus escoltas y de la multitud, en una imagen de archivo.
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Siria rompe relaciones diplomáticas con Ucrania
Se acabo, las cartas se pusieron sobre la mesa. Ucrania le dio el portazo a Siria en junio y Siria se lo devolvió hoy, con algo de retraso, pero con la misma intensidad. Resultado: las relaciones diplomáticas se han roto definitivamente.
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Volodimir Zelenski no podía tolerar que Bashar al-Ásad reconociera la invasión de su país por las tropas de Vladimir Putin y la «independencia» de los territorios conquistados en el Donbás. Así las cosas, le comunico al socio del Kremlin que, por su parte, las relaciones se habían terminado.
La respuesta ha tardado en llegar tres semanas pero en Kiev la esperaban. Siria anunció esta mañana que aplicaba el principio de «reciprocidad» y así, como si la situación fuera normal, quedaban en tablas.
La agencia de prensa oficial SANA difundió el comunicado donde el gobierno de Bashar al-Ásad, «decidió romper las relaciones diplomáticas con Ucrania, en conformidad con el principio de reciprocidad y en respuesta a la decisión del gobierno ucraniano».
Las autodenominadas, antes de la guerra, repúblicas independientes del Donbás: Donetsk y Lugansk, fueron el detonante de está ruptura de relaciones. Pero los problemas son anteriores.
En febrero de 2022, Faisal Mekdad, ministro de Asuntos Exteriores sirio no se anduvo con ambigüedades y afirmó: «Siria apoya la decisión del presidente Vladimir Putin de reconocer» las repúblicas mencionadas.
Dicho esto, anunció que establecería relaciones con los territorios que llevan años en abierto desafío al poder central de Kiev.
Siria, aliado por conveniencia de Putin, no es el único país que se pliega a los deseos y abusos del Kremlin en Ucrania. Corea del Norte, Bielorrusia, República Centra Africana, Nicaragua, Sudán y Venezuela, forman el club de los gobiernos con alergia a la democracia y lealtad a Moscú.
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