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28 de abril de 2024

Michelle Bolsonaro, esposa de Jair

Michelle Bolsonaro, la mujer que le cambió la vida a Jair BolsonaroEfe

Elecciones Brasil

Michelle Bolsonaro, la experiencia religiosa del presidente de Brasil

Durante la investidura de su marido, el 1 de enero de 2019, la primera dama, con especial dedicación a los discapacitados, causó sensación al pronunciar un discurso en lenguaje de señas

Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer. El dicho suele ser cierto, pero también lo es que ellas, cuando se convierten en las esposas de presidentes, suelen procurar tener un perfil bajo y que se las conozca poco.
Es el caso de la primera dama de Brasil, Michelle Bolsonaro. Durante el gobierno de su marido se ha mantenido en un segundo plano, pero en el Palacio de Planalto –y fuera de él– era conocida su importancia. Sin ella, Bolsonaro se siente perdido.
En esta campaña, Michelle, evangélica y practicante hasta la médula, se ha convertido en una pieza clave para tratar de remontar esta empinada cuesta de la reelección del hombre al que considera un «elegido de Dios».
La diferencia de edad (27 años) no ha sido obstáculo para ninguno. Su matrimonio es incuestionable y hasta los hijos de Bolsonaro la aceptan con naturalidad al ver a su padre tan feliz.
Su historia de amor empieza en la ciudad de Brasilia, sede de los tres poderes públicos. Allí Michelle Paula Firmo Reinaldo, de 40 años, y Jair Bolsonaro, de 67, se conocieron en 2007 en el Parlamento. Él ya era diputado y ella secretaria.
El romance empezó con cada cual en una esquina del Parlamento y terminó con ella trabajando para el excapitán del Ejército. El puesto le duro poco. Se casaron y ella lo tuvo que dejar por imposición legal, el equivalente, con matices, a lo que en España sería tráfico de influencias.
El todavía jefe del Estado de la República Federativa de Brasilia estrenó con ella su tercer –y parece que definitivo– matrimonio. A sus cuatro hijos de las relaciones anteriores se sumó una propia de Michelle.
El resultado no tardó en verse. Laura nació hace once años y es la debilidad de la pareja.
Los críticos de Bolsonaro disfrutan con las burlas por la religiosidad de Michelle, pero no han logrado sacarle un trapo sucio y cuando buscan, todo lo que encuentran son virtudes.
Mantiene su austeridad, no ha cedido en su discurso –«Aprendí a no negarle agua y comida a nadie», suele decir– y no escatima su tiempo cuando se trata de dedicarlo a personas con discapacidad y en especial con las personas que padecen hipoacusia.
«Recibí una llamada (de Dios) que me pedía estar cerca de las personas con discapacidad, de los sordos», comentaría en público. Sin complejos, reconoció en la campaña de 2018: «Tengo mucho amor por esta colectividad».

Durante la investidura del presidente Bolsonaro, en enero de 2019, la primera dama causó sensación con un discurso en lenguaje de señas

Su entrega llega al punto de aprender su lenguaje. Durante la investidura de su marido, el 1 de enero de 2019, la primera dama causó sensación al pronunciar un discurso en lenguaje de señas, informa Afp.
Sus formas elegantes y control de sí misma contrastan con los modos de un Bolsonaro, en ocasiones, desbocado o inapropiado. «Podemos hacer todo tipo de comparaciones entre las primeras damas», dijo el 7 de septiembre de 2019 en alusión a Brigitte Macron y a su bella y joven mujer.

Es una mujer de Dios (...) que desempeña un papel importante en mi vidaJair Bolsonaro, presidente de Brasil

Michelle «es una mujer de Dios (...) que desempeña un papel importante en mi vida. No solo está a mi lado, sino muchas veces al frente», confesó ante una multitud de seguidores en Brasilia. A renglón seguido animó a los solteros «a encontrar una princesa» como Michelle y como hizo Lula en esta campaña con su joven esposa, la besó apasionadamente.

La importancia de los evangélicos

El aporte de Michelle se localiza principalmente entre los evangélicos, un sector definitivo en Brasil para ganar las elecciones y que Lula también ha trabajado con intensidad y según las encuestas, parecería que con mejor fortuna.
Bolsonaro, públicamente, se declara católico, pero se bautizó en el río Jordán por el rito evangélico y su matrimonio con Michelle en 2013 lo ofició el muy influyente pastor Silas Malafaia.
La prensa brasileña destacó su influencia en el nombramiento de un pastor presbiteriano para el Ministerio de Educación y del primer juez evangélico en la Corte Suprema.
A principios de septiembre, Michelle, junto a varios pastores, llamó a la población a seguir «30 días de ayuno y oración por Brasil», hasta las elecciones este domingo 2 de octubre.
Si sus plegarías tienen éxito, la urnas le regalaran una segunda vuelta electoral. Entonces, el desafío será lograr lo que hoy parece un milagro: la reelección de quien ella considera, «el elegido de Dios».

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