Suma y sigue. La lista de altos funcionarios, militares, científicos, propagandistas del régimen de Putin y oligarcas que mueren en oscuras circunstancias y extraños accidentes no deja de aumentar.
En esta ocasión le ha tocado el turno al comisario militar de la ciudad rusa de Partizansky, el coronel Roman Malyk.
Como comisario militar, el coronel Malyk, de 49 años, era uno de los responsables de cumplir el decreto de movilización parcial firmado por el presidente Vladimir Putin.
Según el periódico ruso Komsomolskaya Pravda-Vladivostok, la policía baraja como posibles causas de la muerte el asesinato o el suicidio.
En un mensaje difundido en Telegram, el distrito de Partizansky señaló que «el corazón de un hombre fuerte y valiente se detuvo. Pasó por ‘momentos oscuros’, pero no se rompió bajo el peso de los duros sucesos militares y las grandes pérdidas» durante la guerra de Chechenia, en la que combatió.
«Roman Vasilyevich era un hombre de palabra y obra, era conocido y respetado en la ciudad por su honestidad y decencia. Así estuvo en el servicio, al que dio todo, en la familia, en la comunicación con compañeros y amigos. Para él, siempre en primer lugar estaban conceptos como el deber, el honor, la lealtad a la patria. Así quedará en nuestra memoria».
El cuerpo del militar apareció el 14 de octubre colgado de una cerca. Sin embargo, los vecinos piensan que alguien pudo llevar el cuerpo hasta el lugar donde apareció.
Según testimonios de sus amigos y familiares, el coronel nunca había dado muestras de intenciones suicidas, aunque sí se había quejado últimamente de problemas de salud.