El coronel británico Richard Kemp rebajó el optimismo entre los aliados de Ucrania tras la aprobación del envío de tanques Leopard, misiles de largo alcance y baterías antiaéreas.
Los nuevos sistemas de armamento no llegarán a tiempo para resultar determinante en la nueva gran ofensiva rusa: «Debemos estar preparados para ver importantes ganancias territoriales rusas en las próximas semanas».
En un artículo firmado en el diario
The Telegraph, el coronel Kemp señaló que «tenemos que ser realistas sobre lo mal que se podrían poner las cosas. De lo contrario, la conmoción corre el riesgo de
acabar con la determinación occidental».
El coronel subrayó que, en ese contexto, es esencial que los aliados de Ucrania «aumentemos más y más rápido» los suministros de combate a Ucrania.
«Si Putin gana más terreno, entonces Kiev necesitará contraatacar con más fuerza, y necesitará más vehículos blindados, mejores defensas aéreas, misiles de mayor alcance y grandes cantidades de proyectiles de artillería y municiones», insistió.
La alternativa, advirtió, es que «el presidente Zelenski se vea obligado a llegar a un acuerdo que implique dar la victoria a Rusia y la derrota a Ucrania y a la OTAN».
El coronel Kemp anunció enormes bajas en las próximas semanas en ambos bandos, cuando el conflicto ya ha desangrado tanto a ucranianos como a rusos.
Citó la cifra de más de 120.000 bajas en ambos bandos y aseguró que las últimas semanas han sido las más sangrientas de un conflicto ya de por sí extremadamente sangriento.
El alto mando ucraniano señaló que el enemigo ha concentrado una fuerza de más de 2.000 vehículos y cerca de 300.000 soldados para preparar la nueva oleada de invasión.
La cifra tan abultada apunta a que el Kremlin ha asumido que va a sufrir unas bajas desproporcionadas en su esfuerzo por conquistar nuevas tierras ucranianas.
«Putin no teme las altas bajas. La mayor parte de sus tropas se reclutan en provincias lejanas y no en ciudades como Moscú o San Petersburgo, donde el flujo de bolsas con cadáveres podría resquebrajar el sólido apoyo a Putin y su guerra», explicó.
El coronel señaló que el Ejército ruso está aprendiendo de sus graves errores cometidos al comienzo de la guerra. Están introduciendo mejoras tanto en el ámbito de táctica de batalla como de disciplina.
«El ejército ruso estaba sangrando antes, pero nombró nuevos comandantes y, al igual que ocurrió en la Segunda Guerra Mundial, puede estar recuperándose de sus desastres del comienzo», señaló.