Submarino nuclear
Reino Unido
«Plaga sexual», así es el comandante de un submarino británico que abusó de una subordinada
Sucedió durante años y con especial intensidad en 2014, pero ahora se conocen los detalles. El comandante de uno de los submarinos más avanzados de la Royal Navy y superior al que se debían presentar las quejas por mala conducta o abusos, era un acosador contumaz y exhibicionista obsceno con sus subalternas.
El escándalo ha alcanzado tales dimensiones que la Royal Navy no ha tenido más remedio que abrir una investigación interna sobre su comportamiento -y el de sus colegas- a bordo de la flota nuclear británica que tuvo el pasado año. Ahora se le conoce como «Plaga sexual».
En una ocasión le habían bautizado con sus compañeros de arma de la tripulación, «HMS Sex & Cocaine» por su proceder y aficiones a bordo de uno de los buques más potentes de la Armada. El oficial, cuya identidad se mantiene en reserva, estuvo al mando de diferentes modelos avanzados de buques como Vanguard, HMS Vengeance y HMS Vigilant, con capacidad para lanzar misiles hipersónicos.
Sophie Brook, la oficial subalterna que aguantó las vejaciones de su superior y soportó escenas como que le introdujera el pene en el bolsillo del «peacoat» o chaqueta, abandonó el cuerpo tras una fuerte depresión y terminó por denunciar los hechos que han terminado con el comandante en tierra apartado de cualquier submarino y lejos de una tripulación a la que pudiera someter.
El almirante Sir Ben Key, advirtió que una vez que tenga a su alcance el informe con las conclusiones no dudará en adoptar medidas drásticas por el «comportamiento abominable»
Pero lo que parece un castigo, en rigor, ha sido un ascenso, según The Times, ya que el individuo, aunque pendiente de investigación, ha sido ascendido a un cargo de gran responsabilidad en la base naval de Faslane.
La Armada se compromete a aplicarle todo el peso de la ley si sale culpable de la investigación, pero hasta ese momento defiende que ocupe el nuevo cargo al insistir en que no hay nadie que dependa directamente de él.
El almirante Sir Ben Key, advirtió que una vez que tenga a su alcance el informe con las conclusiones no dudará en adoptar medidas drásticas por el «comportamiento abominable» de su colega. «Lo haré -garantizó- sin temor ni favoritismos, independientemente de su rango o estatus».
Llegaron a elaborar listas de las mujeres a las que violarían si se producía un falló fatal en submarino
La descripción de Brooks del ambiente y el clima que se respiraba en el submarino estremece. De cuerdo a su testimonio, su superior y un grupo de oficiales llegaron a elaborar listas de las mujeres de la tripulación a las que violarían si se producía un falló fatal en el buque.
Establecieron un orden de prioridad para forzarlas. La idea debió surgir al recordar el naufragio del K-141 Kurts ruso en agosto de 2000 donde murieron 118 tripulantes y del argentino ARA San Juan en 2017, donde, por cierto, únicamente iba una mujer a bordo entre los 44 tripulantes , Eliana Krawczyk, de 35 años y jefa de Armas de la nave.
Un compañero desnudo en su cama, collejas o bofetadas a los marineros si miraban mientras le colocaba el pene en su bolsillo, aliento en el cuello mientras usaba el periscopio, lametones en el dedo que luego acariciada su oreja y escenas similares, forman parte del repertorio de abusos de sus superiores y colegas varones de una tripulación de 167 marineros.
En ocasiones extremas, se paraba a mi lado, colocaba su miembro en mi bolsillo y me decía: ¿Adivina que tienes dentro?Sophie Brook
«En ocasiones extremas, se paraba a mi lado, colocaba su miembro en mi bolsillo y me decía: ¿Adivina que hay en tu bolsillo», describió como si se tratara de un juego.«Yo, tenía 23 años y él, entonces, entre 30 y 40. Era submarinista y él, el segundo al mando. Fue humillante, me sentí impotente. No puede bajarme del bote y no había nadie con quien pudiera hablar porque él era el jefe de disciplina, la persona al que tienes que reportar los incidentes».
El acoso sufrido la llevo a caer en una profunda depresión y a tener pensamiento suicidas, pero «soy una persona bastante dura. Resistí durante ocho años antes de quebrame y al final me fui», relata en The Times para referirse a que renunció a la Armada, su vocación desde niña.
El diario británico publica que la mujer fue sometida a un consejo de guerra donde se declaró culpable por enviar un mail con detalles de un submarino y de un compañero con el que mantenía una relación íntima, pero ella se defiende hoy al considerar que no estaba con su salud mental en condiciones.
Brook, de 31 años, se convirtió en la primera mujer en llegar a ser oficial de guerra tras la decisión de la Royal Army de admitir mujeres en el cuerpo, en 2013.
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