El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha puesto fin a su viaje de tres días a Polonia y pone fin a una gira que le ha llevado desde Varsovia hasta Kiev.
El viaje realizado días antes del primer aniversario del inicio de la guerra en Ucrania ha dejado un mensaje claro a Putin: nunca ganará la guerra.
Mientras Biden entraba en el palacio presidencial de Varsovia para una reunión con países del flanco este de la OTAN, un periodista le pidió que reaccionara a la decisión de Putin.
Al principio, el mandatario estadounidense bromeando dijo que «no tenía tiempo»; pero, luego, hizo una pausa y manifestó: «Gran error».
El presidente ruso anunció el martes la suspensión del cumplimiento por parte de su país del START III o Nuevo START, último tratado de desarme nuclear aún vigente entre Rusia y Estados Unidos.
Putin matizó que «Rusia no abandona, sino que solo suspende» el cumplimiento del tratado sobre reducción de armamento estratégico ofensivo que expira en 2026, de lo que culpó a Estados Unidos.
Firmado en 2010 por los entonces presidentes estadounidense y ruso, Barack Obama y Dmitri Medvédev, el Nuevo START limita el número de ojivas nucleares de largo alcance que cada país puede tener desplegadas a 1.550.
También restringe el número de vehículos y sistemas de lanzamiento que pueden tener desplegados o en reserva Washington y Moscú, pero su pieza fundamental es el régimen de verificación que el tratado establece para asegurar que se cumplen estos límites.
En concreto, tanto Estados Unidos como Rusia pueden llevar a cabo hasta 18 inspecciones al año de los arsenales nucleares del otro sin dar apenas tiempo al país receptor para prepararse: los técnicos dan aviso 32 horas antes de llegar y después eligen el lugar que quieren examinar, que debe ser respetado por las autoridades receptoras.
Hace un mes, Estados Unidos acusó a Rusia de estar incumpliendo el tratado al no permitir que técnicos estadounidenses realicen inspecciones en territorio ruso.