El presidente, Pedro Sánchez, y el Rey de Marruecos, Mohammed VI
La prensa marroquí elogia a Sánchez por sus palabras sobre la amistad entre España y Marruecos
El presidente ha comparecido ante el Congreso de los Diputados y descrito al reino alauí como un «aliado fundamental»
El presidente Pedro Sánchez ha comparecido hoy ante el Congreso de los Diputados, a petición propia, para informar sobre la relación hispano-marroquí. Sánchez se ha deshecho en halagos al valorar las relaciones con el país vecino.
El presidente ha descrito a Marruecos como un «aliado fundamental» para la seguridad y el desarrollo de España, así como un «amigo». Calificativos que la prensa marroquí se ha encargado de difundir a bombo y platillo, a diferencia de las declaraciones de la vicepresidenta, Yolanda Díaz, que tachó al país norteafricano de «dictadura».
La agencia de noticias oficial MAP destaca las palabras de Sánchez, así como el digital Le360, –afín al Palacio Real– o Hespress, ambos destacan en su formato web la misma noticia y el mismo entrecomillado. Los medios afines al régimen marroquí vuelven a elevar la figura del presidente, al igual que hicieron cuando este reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.
En cambio las palabras de la vicepresidenta aparecen en los medios, pero matizadas con la «desautorización» por parte del PSOE. Las declaraciones de Díaz en el programa de Jordi Évole fueron rápidamente aclaradas por la portavoz de los socialistas y ministra de Educación, Pilar Alegría, que señaló que se trataba de «una posición personal» y «no la posición ni de este partido ni de este Gobierno».
La intervención de hoy del presidente ha estado ensombrecida por una información publicada en El Confidencial que revela que Sánchez cesó a la entonces ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, después de que Marruecos se lo pidiera y como condición previa para rebajar las tensiones entre ambos países.
El presidente ha evitado responder sobre si la información publicada es cierta. Además, la oposición, durante la sesión plenaria, ha arremetido contra Sánchez por su «sumisión» frente a Marruecos. Incluso las formaciones en las que se apoya el Gobierno de coalición como Esquerra o Bildu han hecho referencia a un «chantaje» por parte de Rabat.
La crisis diplomática entre Marruecos y España se inició con la llegada a Logroño del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, en 2021, para tratarse de la Covid. A raíz de este suceso, se encadenaron varios desencuentros, que culminaron con la entrada ilegal a Ceuta de 10.000 marroquíes, la mayoría menores.
Marruecos señaló a Laya como la principal culpable de la entrada de Gali al país, y finalmente consiguió su propósito. En agosto de 2021, Sánchez anunció una remodelación de su Ejecutivo y la ministra de Exteriores fue sustituida por José Manuel Albares, más afín a Marruecos.
La última muestra de pleitesía hacia el reino alauí fue el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. Un hecho que fue recogido por los medios locales de manera pomposa y, de hecho, filtrado por Rabat.
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