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28 de abril de 2024

El interior de una bomba de racimo contiene centenares bombas que se dispersan para mayor alcance

El interior de una bomba de racimo contiene centenares bombas que se dispersan para mayor alcance

506 días de guerra en Ucrania

Ucrania recibe la primera remesa de bombas de racimo de EE.UU.

Washington asegura que los modelos enviados a Ucrania tienen una tasa de fallo inferior al 2,5 %.

La política de hechos consumados es la que mejor funciona para Estados Unidos. En este caso la beneficiada ha sido Ucrania que celebra a estas horas haber recibido el primer arsenal de bombas de racimo, las mismas que están prohibidas en más de 120 países y por las que Putin afronta acusaciones de crímenes de guerra.
El Pentágono lo confirmó a través del lugarteniente Douglas Sims, director de operaciones del Estado Mayor Conjunto.
La primera vez que se tuvo conocimiento del envío de este tipo de munición fue el 7 de julio. Washington afirmó ese día el envío de las bombas de racimo y desató una ola de críticas de Moscú a Berlín. Las críticas de Alemania y otros países así como las de organizaciones como Human Rights Watch (HWR), cayeron en saco roto. La UE que las ha condenado, se puso en este caso de perfil.
Las bombas de racimo, en rigor, decenas y decenas de mini bombas dentro de una carcasa de la que se desprenden, se incluían en un nuevo paquete de ayuda militar valorado en 800 millones de dólares, –informa Efe– en el que también había, entre otros, misiles para defensa aérea, sistemas antiaéreos Stinger y munición para los sistemas antiaéreos Patriot.
Según dijo la semana pasada el subsecretario de Defensa para Políticas estadounidense, Colin Kahl, las bombas de racimo sirven para asegurar el suministro de artillería en toda la coalición que apoya a Kiev.
Desde Washington se justificó entonces que las bombas de racimo enviadas a Ucrania tienen una tasa de fallo inferior al 2,5 %.
El dato es clave ya que la principal razón de los opositores al uso de este tipo de armamento es que el proyectil dispersa una gran cantidad de submuniciones explosivas y que muchas de ellas no explotan y acaban enterradas en el suelo, donde pueden herir a civiles mucho después del final de una guerra.
La confirmación de que esas bombas ya están en territorio ucraniano llega un día después de que la OTAN finalizara su cumbre en Vilna.
La OTAN no definió un calendario específico para la integración de Ucrania en la Alianza Atlántica, pero Biden y los otros líderes del G7 firmaron una declaración en la que se comprometieron a garantizar la seguridad de Ucrania a largo plazo.
En el marco de ese encuentro, en el que Biden mantuvo una reunión bilateral con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, el líder estadounidense afirmó que evalúa autorizar el envío a Ucrania de misiles de largo alcance Atacms, que cubren una distancia de unas 190 millas (unos 300 kilómetros), superior a la de los misiles franceses SCALP y los Storm Shadow ingleses.
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