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18 de mayo de 2024

Soldados israelíes operando en la Franja de Gaza

Soldados israelíes operando en la Franja de GazaAFP

Israel afirma haber matado al mayor contrabandista de armas de Hamás en Gaza mientras que la tregua no llega

El país hebreo asegura que Hassan Atrash era responsable del comercio, la producción y el equipamiento del brazo militar de la organización islamista

La posibilidad de que Hamás e Israel lleguen a un acuerdo para un alto el fuego parece alejarse cada vez más, a pesar de los esfuerzos a del Estado judío, espoleados por la muerte de tres rehenes israelíes a manos de su propio Ejército. En paralelo de las conversaciones en el ámbito diplomático, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) continúan asediando la Franja de Gaza, donde han anunciado que han matado al mayor contrabandista de Hamás en el enclave.
Las FDI junto con el Shin Bet (agencia de seguridad israelí) han «eliminado» a Hassan Atrash en una operación que involucraba «un avión de combate israelí». Este alto rango de Hamás se encontraba escondido en la zona de Rafah, en el sur de Gaza, según ha hecho público el Ejército hebreo en un comunicado. Israel asegura que Atrash era responsable del comercio, la producción y el equipamiento del brazo militar de Hamás. Y que también participó en el contrabando de armas procedentes de diversos países hacia la Franja de Gaza y Cisjordania.
La ofensiva militar sobre el enclave palestino continúa imparable. Los carros de combate israelíes ya han llegado hasta el sur de Gaza, mientras mantienen las posiciones en el norte, donde, en las últimas horas, también han intensificado sus ataques. Las FDI anunciaron, este viernes, haber logrado el control casi total del norte de la Franja, así como que sus tropas se encuentran en «las etapas finales del control operativo» de esa zona, en palabras del portavoz militar, Daniel Hagari.
Los combates cuerpo a cuerpo entre milicianos de Hamás y los soldados israelíes son cada vez más encarnizados. En el sur, las FDI han llegado hasta Jan Yunis, bastión de Hamás en esta zona y ciudad natal del líder de la organización islamista, Yahya Sinwar. El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, afirmó que las fuerzas israelíes ya estaban cerca de matar a Sinwar. Pero, hasta ahora, y en los casi tres meses de guerra en Gaza, Israel solo ha conseguido acabar, por ahora, con un líder de Hamás, Hassan Atrash. Para conseguirlo ha ampliado sus operaciones hacia la zona de Rafah, donde se hacinan la mayoría de los gazatíes, que ya había huido previamente del norte.
Naciones Unidas ha denunciado que en el enclave palestino ya «ningún lugar» es seguro. Los ataques israelíes han llegado a todos los rincones de la Franja, provocando una situación humanitaria «catastrófica». La ONU ha advertido del peligro de una hambruna en Gaza si el conflicto continúa. Actualmente, el 26 % de los hogares en Gaza ha agotado sus reservas y capacidades de conseguir alimentos y ya sufre un hambre extrema que se convertirá en hambruna a menos que se restablezca el acceso a alimentos adecuados, agua potable y servicios de salud y saneamiento, ha subrayado este organismo.
El último recuento de víctimas por la guerra eleva los muertos a 20.258 y 53.688 los heridos desde que estalló la guerra, el pasado 7 de octubre, según ha informado este sábado las autoridades sanitarias del enclave palestino, gobernado por Hamás. Una cifra que sigue aumentado, horas después de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas consiguiera, tras una semana de intensas negociaciones, aprobar una resolución para impulsar la ayuda a Gaza, con la abstención tanto de Estados Unidos como de Rusia.
Las negociaciones para un alto el fuego y un nuevo intercambio de rehenes por prisioneros palestinos parece complicarse a medida que pasan los días. Hamás advirtió de que no aceptaría sentarse a negociar mientras que no se plantee un alto el fuego permanente. Israel se ha negado frontalmente a acceder a esta petición. El propio primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ofreció a la organización islamista dos opciones: «rendirse o morir». Lo que condena a los gazatíes a pasar unas Navidades bajo las bombas.
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