La enésima propuesta para conseguir un alto el fuego en Gaza plantea la deportación de los líderes de Hamás
Israel mantiene su ofensiva sobre la Franja de Gaza, aunque, ha asegurado, que ha pasado a una «nueva fase» de la guerra. El domingo, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dieron por desmantelado el brazo armado de Hamás en el norte del enclave y anunciaron la retirada parcial de cinco brigadas. Una noticia que hacía presagiar un cambio de táctica en el campo de batalla y que, por el momento, ha contribuido a que se vuelvan a retomar las conversaciones para un alto el fuego en la Franja.
Una delegación israelí viajó, este miércoles, hasta la capital egipcia, El Cairo, para mantener una nueva ronda de negociaciones, según ha revelado el periódico saudí Al Sharq. Estas mismas fuentes han apuntado que «el proceso se ha llevado a cabo en coordinación con Estados Unidos y Qatar». El lunes, el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, se reunió, con el líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, para, precisamente, abordar el fin de la guerra en Gaza.
Abás también mantuvo ayer un encuentro en Ramala –capital administrativa de Cisjordania– con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, donde se comprometió a reformar la ANP para poder asumir la administración de la Franja, una vez se termine la guerra. En medio de todos estos periplos diplomáticos, se habría estado fraguando un nuevo acuerdo para un cese de hostilidades en el enclave y que llevaría consigo la liberación de un nuevo grupo de rehenes israelíes, en manos de Hamás.
Esta enésima propuesta plantea tres puntos claves, según ha revelado el canal israelí 13. La iniciativa, presentada por Qatar, sugiere la deportación de todos los dirigentes de Hamás y la liberación de todos los rehenes capturados –se calcula que aún hay 132– por la milicia islamista palestina a cambio de la retirada de las tropas israelíes de Gaza. En caso de que ambas partes acepten los términos, los cautivos serían puestos en libertad por etapas, al igual que ocurrió durante el alto el fuego del pasado mes de noviembre.
Así las cosas, en Israel, el Gabinete de Guerra, creado tras el ataque terrorista de Hamás contra el Estado judío, el pasado 7 de octubre y que acabó con la vida de 1.200 israelíes y la toma de más de 240 rehenes, se reunió en la tarde del miércoles para discutir la propuesta. Los familiares de los rehenes siguen presionando al Ejecutivo de Benjamin Netanyahu y han exigido al Gobierno que acepte cualquier acuerdo que pueda conducir a la liberación de los cautivos.
«Cada día que pasa, la condición de los secuestrados se deteriora», han declarado a través de un comunicado. «El Gabinete de Guerra no debe preocuparse de nada más que del regreso de los secuestrados», han pedido sus seres queridos. Sin embargo, las negociaciones no se esperan fáciles. Hace escasos días, el jefe del buró político de Hamás, Ismail Haniyeh, aseguró que «Israel nunca podrá recuperar a sus prisioneros a menos que libere a todos nuestros prisioneros en sus cárceles».
Haniyeh además declaró que el país hebreo ha fracasado en todos sus objetivos en la guerra en Gaza. Sin embargo, el Estado judío defiende el argumento contrario. Israel afirma que ya se ha hecho con el control del norte de Gaza, y que sus tropas siguen avanzando por el centro y sur del enclave. El ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, aseguró, ayer, que «los logros de las FDI siguen creciendo». «En grandes partes de la Franja, Hamás ya no tiene efectivamente el control», afirmó.
Asimismo, Gantz insistió que para el Ejecutivo israelí «lo más importante es devolver a los rehenes; tiene prioridad sobre todos los elementos de lucha». Pero, al ser preguntado por un posible nuevo acuerdo, prefirió lanzar balones fuera: «He oído todo tipo de rumores sobre acuerdos, pero siempre hay movimiento y actividad, y tan pronto como haya algo listo os informaremos».