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29 de abril de 2024

Aquilino Cayuela
Aquilino Cayuela

La progresión estratégica de Rusia

Aunque Ucrania y sus socios se han esforzado por mantenerse al día, siguen estando por detrás de las capacidades de guerra electrónica rusa

Actualizada 04:30

Militares ucranianos revisan su tanque en Bajmut, en la región de Donetsk

Militares ucranianos revisan su tanque en Bajmut, en la región de DonetskAFP

En febrero de 2022, hace ya dos años, los tambores de guerra retumbaban en la fronteras de Ucrania. La comunidad internacional se apresuraba en tratar de frenar algo que parecía inevitable: una invasión.
Tras dos años de guerra, se ha pasado por varias fases: una primera donde se temía una victoria relámpago, como la que la Alemania de Hitler logró sobre Polonia provocando la Segunda Guerra Mundial. Luego una valerosa defensa y resistencia de los ucranianos sobre su territorio frenando, contra todo pronóstico, la ocupación de Kiev. Después una larga guerra donde Ucrania, con un firme compromiso y apoyo de la OTAN, ha hecho frente a Rusia, hasta el momento presente, con éxito. Más tarde, tras ofensivas y contraofensiva en una guerra centrada en el este de Ucrania, parece que el conflicto se ralentiza sin resolución a la vista.
Pero, a punto de cumplir los dos años, ¿quién tiene ventaja? Es cierto que algo ha cambiado, aunque muy poco, en términos estratégicos. La brecha de calidad entre Ucrania y Rusia se ha cerrado. Ucrania sigue teniendo una cultura militar innovadora y ascendente, motivada por el asesoramiento occidental, que le permite introducir rápidamente nuevas tecnologías y tácticas en el campo de batalla. Pero que esas ventajas se sistematicen y se extienden a todas sus fuerzas armadas le está resultando difícil.
Rusia, para los analistas occidentales, tarda más en aprender debido a su reticencia a informar de los fracasos y a una filosofía de mando muy centralizada. Sin embargo, cuando por fin aprende algo son capaces de sistematizarlo en todo su Ejército y ha evolucionado a través de su gran industria de defensa. Estas diferencias se reflejan en la forma de innovar de ambos países. Ucrania está mejor en su adaptación táctica: aprenden y mejoran en el campo de batalla. Rusia es superior en su adaptación estratégica que afecta a la formulación de políticas nacionales y militares y a la forma en que los Estados utilizan sus recursos. Ambas formas de adaptación son importantes. Pero esta última es la más crucial para ganar una guerra.
Cuanto más dure esta guerra, mayor ventaja para Rusia. Mejor se adaptará y mejor construirá una fuerza de combate moderna y más eficaz. De forma lenta pero segura, Moscú absorberá nuevas ideas del campo de batalla y reorganizará sus tácticas en consecuencia. Su adaptación estratégica ya le ayudó a rechazar la contraofensiva ucraniana, y en los últimos meses su estrategia ha ayudado a las tropas rusas a arrebatar más territorio a Kiev.

Cuanto más dure esta guerra, mayor ventaja para Rusia

En última instancia, si la ventaja de Rusia en la adaptación estratégica persiste sin una respuesta occidental adecuada, lo peor que puede ocurrir en esta guerra no es el estancamiento sino una derrota ucraniana. Los análisis estratégicos occidentales pronosticaban, fijándose en la Primera Gran Guerra, que el estancamiento y el largo plazo junto a embargos y presión internacional, llevarían a Rusia al colapso y el agotamiento como le ocurrió a Prusia en 1918. Pero no está resultando así.
Ucrania, ha sido uno de los primeros en adoptar las armas de precisión con GPS y otros sistemas de guía para atacar objetivos con gran precisión, gracias a informes logísticos facilitados por satélites occidentales. Pero Moscú ha aprendido y se ha adaptado desde entonces para reducir el efecto de estas armas de precisión. Lo ha hecho con drones y dispersando mejor sus fuerzas de combate, artillería y logística. También ha complicado la puntería ucraniana utilizando medios seguros de comunicaciones electrónicas, como redes encriptadas y antiguos sistemas de comunicaciones por cable.
Ucrania también ha desarrollado una eficaz capacidad de ataque marítimo, ha utilizado sensores militares y misiles de largo alcance, junto a drones marítimos no tripulados. Estos drones marítimos son ahora capaces de disparar misiles además de abatir objetivos y detonar sus ojivas. Como resultado, Ucrania ha destruido múltiples buques de guerra rusos y ha creado un nuevo corredor marítimo de exportación en la parte occidental del mar Negro. Un paso estratégico fundamental.
Otro punto fuerte de los rusos ha sido la guerra electrónica. El Ejército ruso ha colaborado con su industria de defensa estratégica para desarrollar y desplegar una serie de nuevos y evolucionados sistemas de guerra electrónica basados en vehículos y personal que ayuda a Rusia a encontrar los puestos de los operadores de drones enemigos y, a su vez, dificulta a Ucrania la localización de los cuarteles generales rusos y bloquea o reduce la eficacia de las armas de precisión ucranianas (incluidos los sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad o HIMARS).
Aunque Ucrania y sus socios se han esforzado por mantenerse al día, siguen estando por detrás de las capacidades de guerra electrónica de Rusia, como señaló el comandante en jefe ucraniano, Valerii Zaluzhnyi, a finales de 2023.

Rusia dispone ahora de muchas más armas y municiones que Ucrania

Quizás el área más reveladora en la que Rusia se ha adaptado y mejorado es que ha generado una importante ventaja estratégica en su complejo industrial de defensa. La movilización parcial del país en septiembre de 2022 y otras iniciativas gubernamentales han aumentado drásticamente la producción militar. Moscú ha conseguido más armas gracias a las aportaciones de Irán, Corea del Norte y ha reforzado su sofisticada fabricación de armamento incrementando el comercio con China, lo que ha permitido a Rusia adquirir tecnologías de doble uso que ya no puede comprar a Occidente.
Como resultado, Rusia dispone ahora de muchas más armas y municiones que Ucrania.
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