El «califato del miedo» se extiende por las escuelas alemanas con las redes sociales como arma
Alumnos islamistas se han hecho con el control de numerosas escuelas alemanas ante la impotencia e indiferencia de las autoridades alemanas
La sociedad alemana asiste entre la incredulidad y el miedo a la cada vez mayor presencia social de los islamistas, así como el aumento de las conversiones al islam entre menores de edad alemanes.
Hace unos días, sin ningún tipo de matiz, 1.500 musulmanes se manifestaron en Hamburgo «contra la censura de los valores islámicos» y a favor de la instauración de un califato en Alemania con la sharía como ley.
«El califato es la solución» fue el lema de la marcha convocada por la organización Muslim Interaktiv con la autorización del gobierno.
Los manifestantes lamentaba que la policía no permitiera quemar banderas de Israel. Asimismo, reclamaban que Alemania impusiera la segregación por sexos en la sociedad, como sucede en los países islámicos donde la sharía es la norma imperante.
No era la primera vez. El 29 de abril, también con el lema «el califato es la solución», miles de musulmanes salieron una vez más en Hamburgo para reclamar la imposición del islam a toda la sociedad.
El canciller alemán, Olaf Scholz, mostró su indignación por la manifestación y sus proclamas, y su ministra del Interior, Nancy Faeser, exigió una «intervención dura» de los grupos convocantes.
Sin embargo, más allá de las declaraciones de los políticos, Alemania no sabe cómo gestionar el auge social del islamismo sin caer en una violación de la libertad de expresión o religiosa.
Mientras el gobierno medita cómo evitar la propaganda islamista sin violar la libertad religiosa y de expresión, grupos islamistas alemanes como Muslim Interaktiv se sirven de las redes sociales como TikTok para que los llamados «influencers del califato» propaguen sus ideas entre los más jóvenes.
Muchos medios en Alemania se preguntan cómo una organización como Muslim Interaktiv, vinculada a la organización internacional Hizb ut-Tahrir, prohibida en 2003 por reclamar el asesinato de judíos, haya podido organizar una manifestación en Alemania pidiendo el califato y la sharía.
Otros grupos islamistas alemanes, como Generatin Islam y Reality Islam, están también relacionadas con dicha organización islamista internacional.
Con 20.000 seguidores en TikTok, Muslim Interaktiv se sirve de esta red social ampliamente extendida entre los jóvenes alemanes para realizar propaganda y proselitismo mediante predicadores que se comportan como «estrellas del pop islamistas».
La estrategia de proselitismo de Muslim Interaktiv, además de TikTok, tiene como segundo pilar su ejército de vigilantes del califato entre alumnos de las escuelas de secundaria de Alemania.
El diario Bild revelaba a principios de año que numerosos alumnos de una escuela secundaria de Neuss, en el Estado de Renania del Norte-Westfalia, se estaban convirtiendo de forma generalizada al islam por miedo.
Alumnos musulmanes –policía de la sharía, según Bild– con vínculos con organizaciones y líderes islamistas estaban intimidando a los alumnos no musulmanes para que se convirtieran al islam con amenazas y violencia física.
Asimismo, sometían también a amenazas y violencia a los profesores para que se desatendieran del asunto.
El asunto venía coleando desde hacía un año. Una vez más, sin embargo, las autoridades se vieron impotentes para intervenir y dejaron que las organizaciones islamistas siguieran empleando la escuela para su proyecto islamista.
El problema no solo no se ha atajado en Neuss, sino que, ante el éxito del proyecto piloto islamista en dicha escuela, las organizaciones islamistas como Muslim Interaktiv ampliaron la «policía de la sharía» a otras escuelas del país.
Bild señala que cada vez más niños cristianos quieren convertirse al islam en varias escuelas de toda Alemania para evitar ser discriminados por sus compañeros musulmanes, que se han hecho fuertes en las aulas.
Apunta a que la proporción de niños musulmanes ha aumentado notablemente en los últimos ocho años, de forma que alumnos provenientes de sociedades muy islamizadas, como Siria, Afganistán e Irak, se han hecho con el control de las aulas.
Según Bild, hay escuelas en las grandes ciudades alemanas –como Berlín, Frankfurt, Offenbach, Duisburg o Essen– donde los musulmanes ya representan el 80 % del alumnado.