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Marine Le Pen el pasado lunes en la Asamblea Nacional

Marine Le Pen el pasado lunes en la Asamblea NacionalAFP

La encrucijada de Francia

Las propuestas de Agrupación Nacional y La Francia Insumisa destrozarían unas cuentas públicas ya muy tocadas

Su aplicación generaría, asimismo, un fuerte enfrentamiento de Francia con la Unión Europea

Oficialmente, la Agrupación Nacional (RN, en sus siglas en francés) pretende sanear las cuentas públicas de Francia. La realidad, en relación con el Projet de Loi de Finances —así se llama oficialmente en el país vecino a lo que España se conoce como Presupuestos Generales del Estado— de 2025 es que la aplicación de sus propuestas dejaría a esas mismas cuentas públicas en situación comprometida. Por ejemplo, en materia de gasto público, asunto en el que RN se sigue mostrando dispuesta a tirar del talonario.

Por ejemplo, al retomar dos medidas importantes de su campaña presidencial de 2022: la bajada del IVA sobre la energía y sobre una cesta de productos de primera necesidad. Estas dos medidas supondrían, según sus promotores, un apoyo masivo al poder adquisitivo de los hogares. Pero también una sangría para las finanzas públicas: desde el partido lepenista se admite que la reducción del IVA sobre el gas, el gasóleo de calefacción y la electricidad tendría un coste neto para el erario de 10.000 millones de euros, mientras que la reducción del IVA sobre los productos de primera necesidad costaría 7.000 millones de euros.

La Agrupación Nacional también planea anular la congelación durante seis meses de la indexación de las pensiones de jubilación —ese el principal escollo entre Le Pen y el primer ministro Michel Barnier—, lo que supondría poner fin al ahorro de 3.600 millones de euros previsto por el Gobierno. Y prevé, asimismo, suprimir el aumento del recargo sobre el impuesto de matriculación, así como elevar el impuesto sobre la electricidad por encima de su nivel anterior a la crisis. Según ellos, con esas medidas devuelven 15.000 millones de euros de poder adquisitivo a los franceses.

La lista de propuestas se completa con guiños a sus votantes de siempre, como la reducción de la Ayuda Médica de Estado —atención médica de urgencia de la que se benefician, en primer lugar, los migrantes— o reservar la prima de actividad —una ayuda destinada a los trabajadores con menos recursos— únicamente a los franceses. También acaricia el lomo de sus votantes con medidas para reducir las ayudas al sector cultural y también a la Transición ecológica.

Más grave aún es la propuesta destinada a rebajar la contribución de Francia al presupuesto de la Unión Europea en unos 5.000 millones de euros. «Sin embargo», subraya el diario económico Les Echos, «obtener una rebaja de Bruselas sería complicado en un futuro inmediato, e incluso para el próximo presupuesto europeo 2028-2032. Además, la cantidad parece considerable si se compara con la mayor rebaja actual, concedida a Alemania, de 3.600 millones de euros».

Un punto que une a la Agrupación Nacional con La Francia Insumisa, de extrema izquierda, es subir notablemente los impuestos a las personas con los ingresos y patrimonios más elevados a través de un aumento del Impuesto de Solidaridad sobre la Fortuna —el impuesto del resentimiento social, para sus detractores—. Este impuesto se aplicaría a los hogares con un patrimonio neto superior a un millón de euros y se escalonaría en tres fases, con una prima de premios y castigos, según el compromiso ecológico de cada contribuyente. Las grandes empresas también están en el punto de mira de la izquierda radical, que quiere introducir un impuesto sobre «beneficios y superdividendos», así como dificultar las transacciones financieras con más gravámenes.

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