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Starmer, durante su discurso presentando el "Plan para el cambio"

Starmer, durante su discurso presentando el «Plan para el cambio»AFP

Starmer presenta sus seis objetivos para transformar Reino Unido, pero se olvida de la inmigración ilegal

Su plan tiene el propósito de brindar estabilidad económica, mayor seguridad y una mejora tangible en la calidad de vida de los ciudadanos

El primer ministro británico, Keir Starmer, ha revelado un ambicioso «plan para el cambio» diseñado para lograr mejoras sustanciales en el Reino Unido antes de las próximas elecciones generales en 2029. En un discurso pronunciado en los estudios Pinewood, en Buckinghamshire, el líder laborista detalló seis objetivos centrales que su gobierno se compromete a alcanzar, con el propósito de brindar estabilidad económica, mayor seguridad y una mejora tangible en la calidad de vida de los ciudadanos. Este anuncio llega en un momento de desafíos políticos para Starmer, cuya popularidad ha mostrado signos de debilidad, lo que ha llevado a muchos a interpretarlo como un intento de relanzar su liderazgo y reforzar su credibilidad.

El plan de Starmer incluye metas que abarcan desde la economía hasta la seguridad, pasando por la energía limpia y la educación. Entre los compromisos más destacados está el aumento de los estándares de vida en todas las regiones del país, medidos mediante indicadores como el ingreso disponible por hogar y el PIB per cápita. Starmer subrayó que el crecimiento económico debe sentirse en todas partes, por lo que también se monitoreará el PIB regional. Otro pilar clave es la construcción de 1,5 millones de viviendas en Inglaterra, así como la agilización de decisiones de planificación en al menos 150 grandes proyectos de infraestructura económica, lo que marcaría un avance significativo respecto a los últimos 14 años.

En el ámbito de la sanidad, el primer ministro se comprometió a reducir las listas de espera en el NHS, con el objetivo de que el 92 % de los pacientes no esperen más de 18 semanas para recibir tratamientos electivos. También anunció un refuerzo de la policía de proximidad, con la incorporación de 13.000 nuevos agentes, incluidos oficiales, agentes de apoyo comunitario y constables especiales, y garantizó que cada vecindario tendrá un oficial asignado y contactable. Asimismo, en educación, su gobierno buscará que el 75 % de los niños comiencen la escuela con un nivel adecuado de desarrollo, asegurando así una mejor preparación escolar desde una edad temprana. En el ámbito energético, Starmer reafirmó su compromiso de poner al Reino Unido en camino de alcanzar al menos un 95 % de energía limpia para 2030, como parte de un esfuerzo mayor hacia la neutralidad de carbono.

Los agujeros del plan

Sin embargo, el plan no ha estado exento de críticas y desafíos. La ausencia de objetivos claros para reducir la inmigración, tanto legal como ilegal, ha sido destacada por la oposición, mientras que otros sectores han señalado que la promesa de convertir al Reino Unido en la economía de más rápido crecimiento del G7 parece cada vez más irrealizable, dado el fuerte avance de Estados Unidos y Canadá. Además, algunos analistas han cuestionado la viabilidad de las metas planteadas, especialmente en el contexto económico actual.

Starmer, por su parte, defendió su enfoque, argumentando que su gobierno busca ofrecer un «plan serio» en lugar de «promesas vacías». También rechazó las acusaciones de que haya reducido la ambición en el objetivo de energía limpia, asegurando que el compromiso del 95 % es coherente con sus promesas anteriores. En su discurso, Starmer reconoció que muchos ciudadanos podrían sentirse escépticos ante nuevas promesas políticas, pero aseguró que las metas propuestas son «medibles» y reflejan las prioridades de los británicos. «Mi gobierno liderado por misiones entregará estabilidad económica, calles más seguras, energía británica segura y un NHS que funcione para todos», afirmó.

Este plan también parece ser un intento estratégico de revitalizar la confianza pública en las instituciones. Starmer criticó a sectores de la administración pública que, en sus palabras, se han acomodado en una «cómoda decadencia gestionada» y subrayó la necesidad de un enfoque más dinámico para enfrentar los retos del país.

El anuncio se produce en un momento políticamente delicado para Starmer. Encuestas recientes muestran que más de la mitad de los votantes están decepcionados con el desempeño de su gobierno, y el descontento es particularmente alto entre los mayores de 55 años, un grupo clave en el electorado. Esto ha llevado a que la oposición, liderada por Kemi Badenoch, critique el plan como un «relanzamiento de emergencia», argumentando que refleja la debilidad de la administración laborista tras solo cinco meses en el poder.

Con las elecciones de 2029 como horizonte, Starmer apuesta por convencer al electorado de que su gobierno no solo tiene un plan bien definido, sino también la capacidad para implementarlo. Su estrategia se enfrenta ahora al desafío de convertir estas ambiciosas promesas en resultados concretos, en un entorno político y económico lleno de incertidumbres.

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