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Ciudadanos muestran carteles de protesta contra el presidente Yoon

Ciudadanos muestran carteles de protesta contra el presidente YoonAFP

El presidente Yoon enfrenta la moción de censura que podrá costarle la presidencia tras el fracaso de la ley marcial

La oposición necesita que el propio partido del presidente vote a favor de la moción, algo que parece probable debido a los últimos acontecimientos

La crisis política en Corea del Sur alcanza su punto culminante este sábado, cuando la Asamblea Nacional votará una moción de censura contra el presidente Yoon Suk-yeol, quien se enfrenta a una posible destitución tras días de tensión por su polémica decisión de aplicar y luego levantar una ley marcial en un contexto de caos político. Esta situación ha puesto al gobierno surcoreano al borde de una crisis institucional, que podría marcar el fin de la presidencia de Yoon y alterar profundamente el panorama político del país.

La crisis se desató después de que Yoon, en una intervención televisada el miércoles, anunciara el levantamiento de la ley marcial apenas seis horas después de haberla decretado, generando una gran conmoción social y política. Esta medida, aunque de corta duración, sembró el miedo a una nueva ola de represión en el país, lo que desató fuertes críticas tanto a nivel interno como internacional. Desde entonces, el presidente no ha hecho apariciones públicas, y la incertidumbre sobre su futuro creció en medio de la presión por su falta de liderazgo ante la crisis.

El quiebre definitivo para Yoon ocurrió este viernes, cuando Han Dong-hoon, líder del Partido del Poder Popular (PPP), la formación conservadora a la que pertenece el presidente, rompió con él públicamente. Han, que hasta entonces había mantenido una postura ambigua sobre la situación política, acusó a Yoon de haber dado órdenes de detenerlo a él y al líder opositor Lee Jae-myung, y calificó las acciones del presidente de «radicales» y peligrosas para la estabilidad del país. En una reunión de emergencia, Han pidió que Yoon fuera suspendido «de inmediato», lo que preparó el terreno para la votación de este sábado.

El futuro de Yoon depende ahora del apoyo de su propio partido, cuya base parlamentaria se ha visto dividida. La oposición, liderada por el Partido Democrático (PD), ya tiene una mayoría en la Asamblea Nacional con 192 escaños, pero para que la moción de censura se apruebe necesita obtener el apoyo de al menos ocho diputados del PPP. Han parece haber dado un giro decisivo, llamando a sus parlamentarios a votar a favor de la destitución, lo que ha dejado a Yoon cada vez más aislado y sin apoyo dentro de su propio partido.

Los soldados de Corea del Sur se preparan para entrar en el salón principal

Los soldados de Corea del Sur se preparan para entrar en el salón principalEuropa Press

Este escenario se enmarca en los sucesos que rodearon la aplicación de la ley marcial, cuando tropas fueron desplegadas para evacuar a los parlamentarios y a los civiles que se negaban a acatar la orden. Esta medida provocó un enfrentamiento con los políticos y funcionarios, que veían la decisión como un intento de Yoon de amordazar a la oposición. Sin embargo, varios altos mandos militares desobedecieron las órdenes de utilizar munición real, lo que reveló una fractura interna dentro del Ejército. En este contexto, se especuló con la posibilidad de que el gobierno estuviera preparando una nueva ley marcial, lo que provocó un fuerte rechazo dentro de la sociedad surcoreana.

El ministro de Defensa interino, Kim Seon-ho, se apresuró a desmentir esos rumores, asegurando que ni el Ministerio de Defensa ni el Estado Mayor aceptarían una segunda orden de ley marcial. A pesar de esto, la desobediencia de altos mandos militares y la creciente división en las fuerzas armadas complicaron aún más la situación del presidente Yoon.

Este sábado se celebrará la votación definitiva en la Asamblea Nacional, y la moción de censura podría desencadenar la destitución de Yoon, un evento sin precedentes en la política surcoreana desde la destitución de la expresidenta Park Geun-hye en 2017. La votación será clave no solo para el futuro político de Yoon Suk-yeol, sino también para la estabilidad del Partido del Poder Popular y del sistema democrático en Corea del Sur.

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