Trump dice que Estados Unidos «no debe involucrarse» en Siria y que el mundo «se está volviendo loco»
El presidente electo asegura que Siria no es la lucha de su país y rechaza la involucración en el conflicto
Donald Trump ha reiterado su postura aislacionista en una serie de declaraciones realizadas en su plataforma Truth Social, en las que abordó la situación en Siria. Según Trump, Estados Unidos no debería involucrarse en el conflicto sirio, que se encontraba en un punto crítico con los grupos rebeldes rodeando la capital, Damasco. «Siria es un desastre, pero no es nuestro amigo, y Estados Unidos no debería tener nada que ver con ello. Esta no es nuestra lucha. Dejemos que la situación se desarrolle. No nos involucremos», escribió Trump en su mensaje, justo antes de su reunión con el presidente francés Emmanuel Macron en París.
Trump parece estar lanzando una advertencia tanto a su administración futura como a la actual presidencia de Joe Biden. A pesar de que no hay indicios de una posible intervención militar por parte de la administración demócrata, Trump dejó claro su rechazo a cualquier implicación de Estados Unidos en Siria, una postura que ha mantenido desde su primer mandato.
El magnate republicano también se refirió a la situación en Siria en términos críticos hacia la administración de Barack Obama, quien, en 2013, enfrentó un punto de inflexión en el conflicto sirio. Ese año, un ataque químico en zonas rebeldes cerca de Damasco, atribuido al régimen de Bashar al-Asad, causó la muerte de más de 1.400 personas, según las autoridades estadounidenses. En ese contexto, Obama había establecido lo que se conoció como una «línea roja»: cualquier uso de armas químicas por parte del régimen sirio desencadenaría una intervención militar estadounidense. Sin embargo, Obama abandonó la opción de un ataque punitivo en el último minuto, tras llegar a un acuerdo con Rusia para desmantelar el arsenal químico de Siria.
Trump aprovechó este momento para criticar duramente la decisión de Obama, afirmando: «El presidente Obama se negó a cumplir su promesa de proteger la línea roja y se desató el infierno. Rusia tomó el control». Para Trump, este giro de los eventos representó una falta de liderazgo y una oportunidad perdida para evitar que Rusia ganara influencia en la región.
En cuanto a la intervención rusa en Siria, Trump indicó que, debido a la guerra en Ucrania, Rusia estaba «tan enredada» en ese conflicto que parecía incapaz de detener los eventos que se desarrollaban en Siria. Sin embargo, Trump sugirió que la salida de Rusia de Siria, junto con la eventual salida de Bashar al-Asad, podría ser lo mejor para el país árabe. «Pero ahora (los rusos), como tal vez el propio Asad, están de salida, y eso puede ser en realidad lo mejor que les puede pasar», agregó.
La postura de Trump subraya su enfoque hacia una política exterior más aislacionista, que busca evitar el involucramiento en conflictos extranjeros que no considera de interés vital para Estados Unidos. A lo largo de su campaña presidencial y su primer mandato, Trump insistió en que su gobierno buscaría poner fin a las guerras interminables en las que Estados Unidos se encontraba involucrado, mencionando en varias ocasiones su deseo de poner fin a los conflictos en Ucrania y Gaza «rápidamente» si llegaba a la Casa Blanca.