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La candidata presidencial del correísmo, Luisa González, habla durante un acto de campaña para las elecciones generales de Ecuador

La candidata presidencial del correísmo, Luisa González, habla durante un acto de campaña para las elecciones generales de EcuadorEFE

Elecciones Ecuador

Luisa González o el regreso del correismo

La ex ministra de Rafael Correa recita las letanías de la izquierda sudamericana (y de España), pero en lo social es conservadora. A diferencia de Noboa, está totalmente en contra del aborto

Rafael Correa se declaraba ferviente católico, pero su pupila, representante en la tierra de Ecuador o testaferro política para algunos, con quien comulga es con los evangélicos. Luisa González vuelve a intentar, dos años después, recuperar la presidencia para el movimiento que más polariza el país y al que se atribuye ser el principio del estallido de la violencia y el narcotráfico: el correismo.

Abogada de 47 años, hace dos ganó la primera vuelta de las elecciones a Daniel Noboa, aunque en el balotaje cayó derrotada. Desde entonces, busca la revancha. Hoy la tiene al alcance de la mano, pero salvo sorpresa monumental, según los sondeos, se repetirá la historia. Al menos, la de que haya una segunda vuelta.

Cansada de que le reprochen que será una muñeca bajo el mando a distancia de Correa, su ex ministra repite en cuanta ocasión tiene que si vence a Noboa, el único adversario potente de los 15 con los que compite, será ella.. «Yo, soy la candidata. Quién gobernará será Luisa González», repite.

Al frente del Movimiento Revolucionario Ciudadano, como se refería su padrino político a la década que estuvo en el poder, promete «Revivir Ecuador». Para la mayoría, aunque ella lo negó, esa expresión de deseo se traduciría en un indulto y regreso inmediato del prófugo Correa. el expresidente condenado en rebeldía que se encuentra refugiado en Bélgica por corrupto.

Con un máster en Economía Internacional por la Universidad Complutense, González no es una novata ni en derecho ni en finanzas. Durante la Administración de Correa, desempeñó diferentes puestos en varias áreas. Formó parte del departamento de comunicación de Presidencia, fue coordinadora general de Recursos Humanos, Desarrollo Institucional y Capacitación de la Superintendencia de Compañías y, entre otras ocupaciones, más tarde sería la responsable de organizar la agenda estratégica del presidente que, finalmente, terminaría nombrándola ministra de Trabajo. Al frente de esta Cartera estaría hasta la llegada al poder de Lenin Moreno, el ex vicepresidente que le salió rana a Correa y tomó vuelo propio, lejos del extremismo de la izquierda pseudo bolivariana.

Nostálgica del Socialismo siglo XXI que proclama su antiguo jefe, González dice cosas de las que no se arrepiente. Un ejemplo: «Nos sembraron odio, nos sembraron división y polarización porque divididos nos podían dominar y tenernos como hoy: deprimidos, sin nuestros derechos». La retórica coincide palabra por palabra con la que empleaban Correa, el matrimonio Kirchner, Evo Morales y hasta Hugo Chávez.

Mujer con redaños y buena formación académica, Luisa González recita las letanías de la izquierda sudamericana (y de España), pero en lo social es conservadora. A diferencia de Noboa, está totalmente en contra del aborto. Se casó siendo una adolescente, algo común en la zona andina y fue madre a los 16 años. Tiene dos hijos varones, de 31 y 11 y aunque su pasión por los perros no llega tan lejos a la de Javier Milei, se le parece. Para ella, Wanda y Bruno, aunque tengan cuatro patas, son sus «otros dos hijos».

Conoce España y Madrid como si fuera su casa. Aquí estuvo destinada en varia cargos, el último como Cónsul General y aqui pudo seguir a golpe de pedal, montando en bicicleta, uno de sus deportes favoritos. Su otra afición: los tatuajes.

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