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Guerra Vilaboy, represor de opositores en Universidad de La Habana

Guerra Vilaboy, represor de opositores en la Universidad de La Habanax.com/UCLVCU

Guerra Vilaboy, represor de universitarios en La Habana, se pasea impunemente en varias universidades españolas

El joven historiador Leonardo Fernández Otaño, víctima de las trapacerías del catedrático, explica a El Debate, el sistema de acoso intelectual vigente en Cuba

Recientemente estuvo de gira por España, invitado por varias universidades españolas —las de Barcelona, Zaragoza y Huelva y la «Pablo de Olavide», con sede en Sevilla— el profesor Sergio Guerra Vilaboy, jefe de Departamento de Historia General de la Universidad de La Habana. El 14 de marzo, el profesor cubano también pronunció su discurso de ingreso —«La Habana, cinco siglos de Historia» como correspondiente de la Academia Iberoamericana de la Rábida, en Palos de la Frontera.

¿Una gira académica cualquiera? No del todo: Guerra Vilaboy es también un «clásico» de la represión intelectual en Cuba. Una de las personas que hubo de exiliarse debido al acoso ejercido sobre él por Guerra Vilaboy es el historiador Leonardo Fernández Otaño, hoy residente en España.

Leo Fernández Otaño

Leonardo Fernández OtañoCortesía

Fernández Otaño, nacido en 1992, se matriculó en septiembre de 2021 en el programa de Doctorado en Ciencias Históricas en la Secretaría Docente de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la Universidad de La Habana. Su proyecto de tesis, sobre el que aún sigue trabajando, versa sobre «La Compañía de Jesús y sus vínculos sociopolíticos con las élites habaneras y santiagueras mediante su espacio colegial (1901-1940)». Para ir avanzando, Fernández Otaño pasó largas temporadas investigando entre 2019 y 2020 en Italia —en el Archivo Secreto Vaticano y en el Archivo jesuita de Roma— y en España. De vuelta a Cuba, inició los preceptivos trámites burocráticos.

Todo iba según lo previsto, hasta que la represión a fuego lento, tan típica de la dictadura cubana, empezó a surtir sus efectos. «En febrero de 2022 llevaba varias semanas intentando contactar con una profesora para enviar un ejercicio de mi doctorado», según explica a El Debate. «Finalmente, el día 13 recibí una contestación: la profesora me decía que había quedado excluido del programa de formación doctoral y que me dirigiera a hablarlo con el coordinador del programa, Sergio Guerra Vilaboy. El 16 de febrero por la mañana entro en su despacho y me dice que he quedado excluido porque mi directora de tesis había rechazado seguir supervisando mi proyecto». El doctorando replicó a Guerra Vilaboy que era mentira porque la víspera había hablado con ella. «Después me di cuenta de que todo había sido fruto de presiones de la Seguridad del Estado a ella y también a otros docentes».

«Finalmente», prosigue, «me dice que yo no poseo vinculación laboral. De nuevo, es mentira: trabajo en la Academia de Ciencias de Cuba. Después, insiste en lo de la vinculación laboral y que, notificado por la rectora, me tiene que apartar del programa». Todo resultó ser una falacia y una mentira: la verdadera razón tiene que ver con la participación de Fernández Otaño en las manifestaciones a favor de la libertad que tuvieron lugar en toda Cuba en julio de 2021, por la que fue encarcelado y golpeado durante varios días.

«Al cabo de unos minutos [Guerra Vilaboy] me dijo que a él le molestaban mis publicaciones en Facebook en las que pedía derechos y narraba lo sucedido el 11 de julio de 2021». También fui amenazado: se le iban a acabar los privilegios educativos, investigativos y docentes. El 31 de enero, ya recibí por parte de la seguridad del Estado la primera amenaza de expulsión. Así lo hizo el profesor Guerra Vilaboy. De nada sirvió que le hubiera llevado toda la documentación en regla. El primer aviso que Fernández Otaño recibió por parte de la seguridad del Estado fue en 2015. El motivo fue el discurso que pronunció ante el Papa Francisco en nombre de los jóvenes laicos católicos de la Archidiócesis de La Habana.

Volviendo al acoso académico, Fernández Otaño asegura conocer varios casos similares, cuyos protagonistas prefieren permanecer en el anonimato por temor. «Es respetable». Sin embargo, sí que quiere recalcar que «la represión intelectual en Cuba es muy trabajada. Intenta crear artilugios, ya sea una mala nota, un bajo rendimiento. En mi caso, como ninguno de estos requisitos era sustentable, lo que hacen es crear un vació legal».

— ¿Es miembro el Profesor Guerra Vilaboy del Partido Comunista de Cuba o agente encubierto de la Seguridad del Estado?

— Creo que el profesor Guerra es miembro del Partido Comunista de Cuba: para ostentar el cargo de jefe de Departamento de Historia General de la Universidad de La Habana, en la Facultad de Filosofía e Historia, hay que estar vinculado al Partido. Es un hombre que lleva varias décadas en el cargo. Es muy preocupante, porque eternizarse en el cargo responde también a una cuestión de confianza política. Como se sabe, la Seguridad del Estado es como un gran pulpo que extiende sus garras por todas partes.

Mas lo que de verdad le indigna es que universidades españolas de prestigio como la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla o la Universidad de Barcelona, o la de Huelva, inviten a un censor académico que ha sido denunciado de modo regular por organizaciones de derechos humanos. «Son universidades que han crecido y se han fortalecido con los privilegios de la democracia e invitan a sujetos que desprecian el régimen liberal y pretenden perpetuar un Estado totalitario, dificultando la presencia en el país de personas que se dignan a ejercer una labor de disenso. Pedimos ejercer nuestro derecho a la reparación y que estos sujetos sean señalados. A veces se convierte en una segunda tortura».

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