
George Clooney, Joe Biden, Julia Roberts y Baraka Obama
El día que Biden no reconoció a su amigo George Clooney mientras Julia Roberts y Obama se quedaban en shock
La agonía de Joe Biden continúa. El expresidente de Estados Unidos no tiene descanso, ni perdón ni olvido para sus patinazos durante los cuatro años que estuvo al frente de la Casa Blanca. La humillación de tener que retirarse de la campaña no parece haber sido suficiente, el demócrata sufre ahora la publicación de un libro, Pecado Original, donde se detalla con fechas, días y espacios, –aunque con fuentes anónimas– nuevas escenas que avisaban de su deterioro cognitivo.
George Clooney, Julia Roberts y Steve Spielberg hicieron lo imposible por ayudar a Biden a recaudar fondos. Hollywood se entregó, como en la elección en la que derrocó a Donald Trump, a Biden. Evitar el regreso del republicano a la Casa Blanca fue una misión (imposible) en la que el mundo del cine estaba dispuesto a dejarse la piel. El escenario o rodaje de la película de la victoria electoral estaba preparado, pero el descubrimiento de un Biden anciano, desorientado, incapaz hasta de reconocer a George Clooney, al que consideraba un amigo y con el compartió décadas de vivencias en común echaron por tierra la ilusión de seguir apoyándole para un segundo mandato.
La revista New Yorker, publica un extenso fragmento del libro firmado por Jake Tapper, presentador estrella de la CNN, y Alex Thompson, periodista de Axios que ha obligado a Biden a protagonizar algo parecido a una gira por los medios estadounidenses para desmentir que estuviera como está. Otros medios anglosajones como The Times y The New York Times también se han hecho eco del filón informativo en el que se ha convertido un libro que pone en evidencia la insistencia de Biden en continuar en la carrera a la reelección y que da pie al título Original Sinn, (El pecado original). El libro también reprocha la falta de reflejos del Partido Demócrata por no haberle forzado a apartarse con tiempo suficiente para buscar un candidato sólido y armar una campaña capaz de vencer a Trump.
Biden daba pasitos cortos, algo que habían intentado, infructuosamente, corregir sus asesores. El temor a que no pudiera resistir de pie en un cara a cara con Trump llevó a sus asesores a plantearse la posibilidad de colocarle una silla de ruedas, según el libro, pero ese extremo quedó pronto descartado por las previsibles consecuencias que tendría. Pero la escena que hundió en un pozo de depresión/reflexión a George Clooney, Barak Obama y al resto de los que asistían al acto de recaudación de fondos de campaña se produjo cuando el todavía candidato demócrata viajó a Los Ángeles el 15 de junio de 2024, para asistir a un evento organizado por el poderoso productor de cine Jeffrey Katzenberg y el propio Clooney.
Entró cojeando, actuaba como un autómata y saludada de tal forma que resultaba evidente que no tenía la más mínima idea de a quién estaba estrechando la mano
Todos esperaban la llegada de Biden. La entrada triunfal con la que soñaban no se produjo. El presidente entró cojeando, actuaba como un autómata y saludaba de tal forma que resultaba evidente que no tenía la más mínima idea de a quién estaba estrechando la mano. El rostro del protagonista de Buenas noches y buena suerte (2005), al apreciar lo que estaba sucediendo, era lo suficientemente significativo. Hasta el punto de que uno de los asesores de Biden, le tuvo que aclarar que aquel hombretón que había hecho un alto en el rodaje de su última película para ayudarle era nada más y nada menos que su amigo George Clooney. La aclaración no fue única, el asesor la tuvo que repetir una segunda vez hasta que Biden reaccionó. Este episodio se puede considerar, según los autores del libro, el principio del fin de la carrera de Biden a la reelección.
–«Ya conoces a George», le dijo el asistente al presidente, recordándole amablemente quién estaba frente a él. Sí, sí, le dijo el presidente a uno de los hombres más reconocidos del mundo, el anfitrión de este lucrativo evento de recaudación de fondos. –Gracias por estar aquí», reproduce The New Yorker.
Tras un saludo protocolar que delataba el desconocimiento de Biden de la identidad de su interlocutor, el asistente volvió a aclararle: «Es George Clooney».
«Biden nos jodió muchísimo, como partido», nos dijo David Plouffe, quien ayudó a dirigir la campaña de Harris (Kamala). Plouffe fue director de la campaña presidencial del senador Barack Obama en 2008 y asesor principal del presidente Obama antes de retirarse prácticamente de la política en 2013. Tras la retirada de Biden de la contienda, el 21 de julio de 2024, Plouffe fue reclutado para ayudar a Harris en lo que él consideraba una «misión de rescate». Harris, dijo, era un «gran soldado», pero la contienda, comprimida en ciento siete días, fue «una maldita pesadilla», reproducen en Pecado original.
Las culpas a Joe Biden de la derrota parecen constantes: «Todo es Biden», señaló Plouffe. Al decidir presentarse a la reelección y esperar más de tres semanas después del debate para retirarse, añadió Plouffe: «Nos jodió por completo».
El debate del 27 de junio contra Trump, cuando el declive de Biden quedó al descubierto ante el mundo no tuvo marcha atrás. Los demócratas llegaron al otoño de 2024 con una candidato sin experiencia, con índices bajo de popularidad y una creciente desconfianza hacia una Casa Blanca desmoronada.
Steven Spielberg, que hizo lo imposible para disimular la decadencia del presidente.
Katzenberg, fue el hombre que llevaba las rienda de aquella operación de mantener a Biden en Washington. Él se encargó de reclutar a Steven Spielberg, que hizo lo imposible para disimular la decadencia del presidente. En el libro se recuerda que hasta se ocupó de que llevara un micrófono que aumentaba el tono de voz cuando éste era apenas un hilo imperceptible. Todo fue en vano. La realidad superó la ficción que querían construir.
El resultado es conocido: Donald Trump está en la Casa Blanca, Kamala Harris fracasó y con ella todo el Partido Republicano. Según Pecado Original, a día de hoy Joe Biden insiste en que hubiera vencido a Trump, que así lo anticipaba sus encuestas, pero estas, como la imagen de un candidato fuerte, tampoco existían.