Trump vuelve a la carga con los aranceles
Trump amenaza con aranceles del 50 % a la UE a partir del 1 de junio: «Las conversaciones no han dado frutos»
En el mundo de la volatilidad propio de la era Donald Trump, nada es definitivo. A su anuncio masivo de aranceles contra la gran mayoría de países del mundo, siguió una tregua de 90 días para todos excepto a China, con quienes redobló su apuesta subiéndoles la tarifa hasta el 145 %. Ahora que la guerra comercial con el gigante asiático está descendiendo, tocaba renegociar con la Unión Europea una vez la tregua va tocando a su fin. Y la decisión del presidente estadounidense vuelve a poner contra las cuerdas a Europa.
«La Unión Europea, creada con el objetivo principal de aprovecharse de Estados Unidos en el comercio, ha sido muy difícil de gestionar. Sus poderosas barreras comerciales, el IVA, las ridículas sanciones corporativas, las barreras comerciales no monetarias, las manipulaciones monetarias, las demandas injustificadas contra empresas estadounidenses, entre otras, han generado un déficit comercial con Estados Unidos de más de 250 millones de dólares anuales, una cifra totalmente inaceptable. ¡Nuestras conversaciones con ellos no están dando frutos!», ha manifestado el presidente estadounidense, volviendo a poner de manifiesto lo que tantas veces ha comentado y que, en su gran mayoría, no se corresponde con la realidad: un trato injusto del resto del mundo hacia Estados Unidos.
«Por lo tanto, recomiendo un arancel directo del 50 % para la Unión Europea a partir del 1 de junio de 2025. No se aplicará ningún arancel si el producto se fabrica en Estados Unidos. ¡Gracias por su atención!», ha añadido el mandatario en Truth Social.
El pasado 9 de abril, apenas unos días después de su célebre anuncio de aranceles, Trump decretó una pausa de 90 días para la entrada en vigor de los aranceles, aunque manteniendo en activo una tarifa del 10 % para todos, otra del 25 % que afecta al acero y el aluminio y una última del 25 % sobre los automóviles y determinadas piezas de coches importados. Hace un mes, en medio de esa tregua, el presidente estadounidense ya advirtió a la Unión Europea que, en respuesta al desequilibrio comercial, se planteaba imponer aranceles del 20 %. Finalmente, tal como ha anunciado este viernes, la idea del presidente de la nación de las barras y estrellas es doblar esa tarifa hasta el 50 % a partir del próximo domingo 1 de junio, fecha anterior a la del fin de la tregua de 90 días.
Hace tan solo unas horas, y por primera vez desde que Trump regresó a la Casa Blanca, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se reunió en Washington con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y le advirtió de la preocupación europea por la «deriva proteccionista de Estados Unidos». Como se ha visto, a la Casa Blanca no le han importado esas palabras.
El pasado fin de semana, durante su visita a Roma, el vicepresidente estadounidense J.D. Vance expresó su esperanza en una «mayor sinergia» entre Estados Unidos y el bloque europeo. Por el momento, la Comisión Europea ha evitado comentar esta nueva amenaza desde Washington y prefiere esperar a la reunión que mantendrán esta tarde, y que ya estaba prevista, entre el comisario europeo, Maros Sefcovic, y el representante comercial estadounidense, Jamieson Greer.
Amenaza a los iPhones
Además de la Unión Europea, Trump también ha puesto el foco sobre la empresa Apple y, en particular, a sus teléfonos iPhone. «Hace tiempo informé a Tim Cook —presidente de Apple— que espero que sus iPhones que se vendan en Estados Unidos sean fabricados en Estados Unidos, no en India ni en otros lugares. Si no es el caso, Apple deberá pagar un arancel de al menos 25 %», ha manifestado el presidente en otra publicación en Truth Social.
Hace escasos días, durante su gira por Oriente Medio, Trump ya puso de manifiesto esta cuestión y pidió a Tim Cook que aumentara su producción en Estados Unidos. Al presentar los resultados del primer trimestre a principios de mayo, Cook dijo que esperaba que «la mayoría de los iPhones vendidos en Estados Unidos tengan a India como su país de origen», con el objetivo de evitar los aranceles del 145 % que pesaban sobre China en ese momento.