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Andrés Montero
AnálisisAndrés Montero

España y Chile, problemas y desafíos compartidos

Los países somos distintos y lo seguiremos siendo. De los empresarios depende el futuro de la relación. Los políticos pasan y el mundo privado queda

España y Chile

España y Chile, cargas similaresDavid Díaz

Creciente inmigración, aumento de costes laborales, impuestos asfixiantes, Estado voraz y expansionista, baja tasa de natalidad, absentismo laboral desmedido y discusión política interna agobiante, son algunos de los problemas que enfrentan España y Chile.

En ambos países gobierna la izquierda «progresista», que no da tregua a su interés por buscar igualdad en base a derechos y no deberes. España un país inserto en Europa, enfrentará crecientemente los desafíos de los países asiáticos que tiene costes de producción muchísimo menores.

Conversando con empresarios españoles, especialmente de medianas empresas, me advierten que la normativa interna en todos los aspectos, les impide generar negocios de manera eficaz. Chile enfrenta una dependencia creciente de su relación comercial con China y además presenta una crisis de seguridad interna nunca antes vista en su historia.

El exceso de normas para aprobar proyectos de inversión (permisiología), espantan al inversionista extranjero, por la lentitud de los procedimientos. En España algunos presionan por nuevas reducciones en la jornada laboral, lo que a juzgar por la experiencia chilena, es una muy mala noticia.

Se pretende vender la idea de que trabajando menos, mejora la «calidad de vida»

Se pretende vender la idea de que trabajando menos, mejora la «calidad de vida». Este no es más que un slogan populista. Sin crecimiento y sin trabajo no hay recursos para el ocio y la distracción. Los desafíos comunes de Chile y España guardan relación con acercar a la clase política al mundo real, a las dificultades que enfrentan los empresarios a la hora de emprender y generar empleo.

Otro desafío común evidente es reducir el tamaño del Estado y sus infinitos gastos asociados. Salud y educación pública y privada, con libertad de elección. Conexión pero no sumisión a organismos internacionales. Los países deben mantener su identidad y su «forma de hacer las cosas».

Más turismo entre España y Chile, más estudios e intercambio de postgrado en ambos países. Repotenciar historia común, lenguaje, religión y tradiciones.

España debe mirar a los países de manera individual y no con esa retórica que mete a todos los países de Hispanoamérica en una misma cesta. Los países somos distintos y lo seguiremos siendo. De los empresarios depende el futuro de la relación. Los políticos pasan y el mundo privado queda. España y Chile un pasado y un destino compartido.

Finalmente, hay un aspecto que ambos países deberían superar y tiene que ver con dejar de escarbar la historia del siglo pasado, sobre su interpretación, no nos pondremos de acuerdo ni en España ni en Chile. Debemos mirar hacia adelante potenciando la familia y la libertad individual.

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