El jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania, Vasyl Maliuk
Vasyl Maliuk, el cerebro de la 'Operación Telaraña' y del ataque submarino contra el puente de Crimea
El jefe de los Servicios de Seguridad de Ucrania se enroló en las Fuerzas Armadas con tan solo 18 años y combatió en 2014 contra los rebeldes en el frente del Donbás
En poco más de 48 horas, Ucrania ha asestado dos duros golpes a Rusia y a toda su esfera militar, que ha sido incapaz de prever, primero, la bautizada como 'Operación Telaraña' y, después, el ataque contra el Puente de Crimea, o de Kerch. Detrás de estas dos ofensivas se esconde un hombre que, hasta este fin de semana, se había mantenido en la sombra. Este militar es el teniente general Vasyl Maliuk, jefe de los Servicios de Seguridad de Ucrania (SBU) desde febrero de 2023.
Maliuk, de 42 años, es natural de Korostyshev, perteneciente al óblast de Zhytomyr (norte de Ucrania). Empezó su carrera militar en 2001, cuando se enroló en el servicio militar, y cuatro años después se graduó en Derecho en la Academia Nacional del Servicio de Seguridad de Ucrania. En una entrevista para la BBC, confesó que, desde que era pequeño, su sueño era convertirse en oficial de los servicios especiales.
«Desde niño, soñaba con ser agente especial. Desde noveno grado, me he estado preparando para ello, tanto física como mentalmente. He participado activamente en el deporte y el derecho», reconoció a este medio británico el mismo día que fue nombrado jefe del SBU. Durante su etapa como máximo responsable de los servicios especiales ucranianos, Maliuk destacó por su mano dura contra los espías rusos, así como por su empeño en acabar con las conexiones de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana con el Patriarcado de Moscú.
A diferencia de su predecesor –Iván Bakanov–, Maliuk cuenta con experiencia en combate. En enero de 2020 fue nombrado primer subdirector del Departamento Principal de Lucha contra la Corrupción y el Crimen Organizado del SBU. Dos meses más tarde dirigió este departamento y, simultáneamente, se convirtió en jefe adjunto del servicio especial. En 2014 combatió en el frente del Donbás y, de hecho, fue condecorado con la Orden del Presidente de Ucrania.
La invasión a gran escala rusa contra su país, en febrero de 2022, lo pilló como viceministro del Interior de Denys Monastyrsky, quien falleció en un accidente de helicóptero en enero de 2023. Pero tan solo un mes después del inicio de la guerra contra el Ejército ruso, Maliuk sintió que era más útil en el SBU. Desde que asumió el liderazgo de los Servicios de Seguridad de Ucrania, Kiev ha conseguido asestar duros golpes a su gran enemigo. Entre sus operaciones destaca la explosión del puente de Kerch, en julio de 2023, que une la península de Crimea –anexionada ilegalmente por el Kremlin en 2014– con la Rusia continental. Para este operativo, Maliuk se sirvió de drones marinos, aéreos y cohetes.
Un modus operandi similar al de este martes, en el que las Fuerzas Armadas ucranianas han vuelto a golpear el puente de Crimea, provocando serios daños a sus cimientos e infraestructura. «Dios ama a la Trinidad, y el SBU siempre lleva a cabo sus planes y nunca los repite. Atacamos el puente de Crimea dos veces, en 2022 y 2023. Hoy continuamos esta tradición bajo el agua. Ninguna instalación rusa ilegal tiene cabida en el territorio de nuestro Estado. Por lo tanto, el puente de Crimea es un objetivo completamente legítimo, sobre todo considerando que el enemigo lo utilizó como arteria logística para abastecer a sus tropas. Crimea es Ucrania, y cualquier manifestación de ocupación recibirá nuestra firme respuesta», sostuvo Maliuk este martes en un mensaje a través de redes sociales.
Este nuevo ataque, además, se produce tan solo 48 horas después de que este hombre supervisara y diseñara, durante 18 largos meses, la 'Operación Telaraña', con la que Ucrania ha conseguido dañar e incluso inutilizar hasta 41 aviones estratégicos rusos. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha llegado a decir que este operativo se estudiará en «los libros de historia». Maliuk solo necesitó decenas de drones escondidos en camiones y programados con inteligencia artificial para atacar cuatro aeródromos diferentes, a miles de kilómetros de distancia de la frontera con Ucrania, y provocar así pérdidas millonarias al Ejército enemigo.