¿Una posibilidad de paz en Oriente Medio? Aprovechar la debilidad de Teherán
Si Teherán y Washington llegaran a un acuerdo, aunque solo fuera sobre cuestiones nucleares, la campaña militar sería un ejemplo exitoso de la doctrina de Donald Trump de «paz a través de la fuerza»
Camaradas del sargento del Ejército israelí Shoham Menachem, muerto en combate en la franja de Gaza
Hace cincuenta años, el primer ministro israelí Menachem Begin estableció el principio de que Israel no permitiría que ningún país que buscase su destrucción adquiriera armas nucleares. Es lo que se conoce como «Doctrina Begin». En 1981, el mismo Menahem Begin tomó la decisión de destruir las instalaciones nucleares iraquíes del régimen de Sadam Hussein.
En 2004, los israelíes de nuevo descubrieron que el régimen sirio de Bashar al-Assad estaba construyendo una instalación nuclear en la zona de Dier ez-Zor. Tras un seguimiento del programa, en el año 2007 y bajo la Administración de Ehud Olmert, el reactor sirio fue igualmente destruido, hecho que Israel no reconoció hasta pasada más de una década.
El actual éxito de Israel en su «Operación León Ascendente» ha supuesto un logro militar formidable. Previamente Israel, tras meses de ataques aéreos y una campaña terrestre, había debilitado gravemente al aliado más importante de la República Islámica, Hezbolá.
El régimen de Assad, otro fiel amigo de Irán se había derrumbado, modificando sustancialmente la situación de Siria. Además, las defensas aéreas de la República Islámica habían demostrado ser vulnerables durante los ataques israelíes de 2024. Israel también sincronizó sus ataques de junio contra instalaciones iraníes para que coincidieran con el final del plazo de 60 días que el presidente estadounidense Donald Trump había fijado para las negociaciones nucleares.
Como resultado, a principios de junio era el momento perfecto para que Israel fuera más allá de las acciones encubiertas y los ataques puntuales e iniciar la «Operación León Ascendente» para infligir daños significativos y duraderos a los programas nucleares y de misiles de Irán, crear las condiciones para un mejor acuerdo nuclear y debilitar aún más la red de aliados regionales de Teherán.
Israel también esperaba que el ataque desestabilizara el régimen iraní, lo que podría facilitar su colapso, y persuadir a Washington de actuar, demostrando así el compromiso de Estados Unidos con la prevención de la nuclearización iraní, aunque estos no eran objetivos formales.
Israel destruyó aproximadamente el 80 % de las baterías de defensa aérea de Irán. Israel comenzó sus operaciones con un ataque de precisión que acabó con la vida de aproximadamente 20 altos mandos militares, entre ellos Hossein Salami, jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC); Amir Ali Hajizadeh, artífice de la estrategia de misiles de Irán; y Mohammad Bagheri, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, así como más de una docena de científicos nucleares de alto rango.
Israel destruyó aproximadamente el 80 % de las baterías de defensa aérea de Irán
A continuación, Israel realizó más de 1.200 incursiones aéreas, destruyendo aproximadamente el 80 % de las 130 baterías de defensa aérea de Irán y logrando la supremacía aérea sobre Teherán, uno de los logros más extraordinarios en la historia de la guerra aérea. Israel también dañó gravemente instalaciones nucleares iraníes clave, como Natanz, Fordow, Isfahán y Arak; la base industrial nuclear y de misiles de Teherán en general; y la infraestructura militar del país, así como el cuartel general del IRGC y su Fuerza Quds.
En este momento, evaluar el éxito de la operación de Israel contra el proyecto nuclear de Irán es más un arte que una ciencia. Se basa en un mosaico de fuentes de Inteligencia: imágenes de satélite, datos de sensores, inteligencia de señales, ciber-vigilancia, activos humanos y muestras de campo. Cualquier buena evaluación debe examinar los impactos acumulativos y sistémicos en un proyecto nuclear altamente complejo.
Los analistas están divididos en su valoración de los efectos. Inmediatamente después de que terminaran los ataques de Estados Unidos e Israel contra Irán, estallaron las discusiones sobre el resultado. Trump declaró que las instalaciones nucleares de Irán, en particular las atacadas por las fuerzas estadounidenses, habían sido «totalmente destruidas». Por el contrario, una evaluación preliminar filtrada por la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos sugería que el ataque solo había retrasado varios meses el programa nuclear iraní. Con todo es un logro si al parecer estaban tan cerca de obtener un arma nuclear.
La debilidad actual de Irán y la debilidad de su red de aliados representan una oportunidad única para crear un nuevo orden regional. La campaña militar de Israel contra Irán ha abierto la puerta a una mayor paz y seguridad en todo Oriente Medio, incluida una posible resolución en Gaza, la liberación de los rehenes israelíes.
La debilidad actual de Irán y la de su red de aliados representan una oportunidad única para crear un nuevo orden regional
Para que un acuerdo tan ambicioso funcione, Irán tendría que renunciar para siempre al enriquecimiento de uranio y a la producción de plutonio, y permitir inspecciones intrusivas de la AIEA. Teherán también tendría que reducir significativamente su programa de misiles, de conformidad con el marco del Régimen de Control de la Tecnología de Misiles, y su programa de lanzamiento de satélites, que sirve de tapadera para el desarrollo de misiles balísticos intercontinentales.
Si Teherán y Washington llegaran a un acuerdo, aunque solo fuera sobre cuestiones nucleares, la campaña militar sería un ejemplo exitoso de la doctrina de Trump de «paz a través de la fuerza». Pero, como mínimo, los ataques de junio demostraron que una operación militar coordinada puede frenar la proliferación nuclear a corto plazo. El logro más militar más importante puede ser la apertura de una ventana histórica para un acuerdo político integral y remodelar Oriente Medio, desde una posición de fuerza, Estados Unidos e Israel para establecer un orden regional estable y cerrar la puerta a las ambiciones nucleares de Irán.