Muchas zonas de Kiev se han quedado a oscuras tras los ataques rusos
Rusia lanza un ataque masivo contra el sistema energético de Ucrania y deja sin luz a miles de hogares
Zelenski denunció que Rusia «intenta usar el frío como arma» y pide a los aliados occidentales acciones más contundentes
Rusia ha desatado, en la noche de este jueves, uno de los ataques más masivos desde el inicio de la guerra, con el lanzamiento de más de 460 drones y 32 misiles contra el territorio ucraniano. La ofensiva, centrada en infraestructuras energéticas, ha provocado cortes generalizados de electricidad, gas y agua en una docena de regiones y ha causado la muerte de un niño en Zaporiyia y más de veinte heridos en todo el país.
Según la Fuerza Aérea ucraniana, las defensas antiaéreas lograron derribar 420 drones, aunque unos 60 lograron impactar en distintos puntos. Entre los misiles empleados por Moscú figuraban 14 Iskander de corto alcance y dos hipersónicos Kinzhal, de los cuales once no pudieron ser interceptados.
Las regiones de Kiev, Járkov, Sumi, Odesa, Poltava, Dnipropetrovsk y Zaporiyia, entre otras, sufrieron interrupciones en el suministro. En la capital, más de 270.000 abonados se quedaron temporalmente sin electricidad, y el metro de Kiev suspendió parte de sus servicios.
La ministra de Energía, Svitlana Grinchuk, confirmó que varias centrales térmicas resultaron dañadas, incluida una de la empresa DTEK, principal operador privado del sector. «Seguimos reforzando nuestras defensas para evitar un colapso del sistema energético», señaló en un comunicado.
Desde el inicio del otoño, el Kremlin ha intensificado los bombardeos contra la red eléctrica y gasística ucraniana, con el objetivo, según Kiev, de «sumir a la población en la oscuridad antes del invierno». En respuesta, el Gobierno de Zelenski ha anunciado aumentos del 30 % en las importaciones de gas y un precio fijo para garantizar el acceso básico de los ciudadanos a la energía.
Un incendio en Kiev tras un ataque ruso
En su mensaje nocturno, el presidente Volodimir Zelenski denunció que Rusia «intenta usar el frío como arma» y pidió a los aliados occidentales acciones más contundentes, entre ellas el envío urgente de nuevos sistemas antiaéreos. «No necesitamos más declaraciones simbólicas, sino medidas reales», escribió en sus redes sociales.
El mandatario ucraniano reclamó también una reacción del G20, en el que participan países como China y Brasil, a los que acusó de «hablar de paz mientras miran hacia otro lado». Por su parte, el ministro de Exteriores, Andrí Sibiga, fue más tajante: «Rusia es peor que Hamás», publicó en X, exigiendo mayor presión diplomática sobre Vladimir Putin para lograr un alto el fuego.
