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El primer ministro francés, Sébastien Lecornu

El primer ministro francés, Sébastien LecornuAFP

Lecornu cede ante los socialistas, suspende la reforma de las pensiones y podrá salvar su Gobierno

La reforma de las pensiones, el gran logro de la presidencia de Macron, queda suspendida hasta 2028 para evitar un adelanto electoral

Francia respira, aunque quizás sea un trampantojo. En el interminable ir y venir de primeros ministros, Sébastien Lecornu, que volvió a ser nombrado el pasado viernes pese a haber dimitido el lunes, ha encontrado un frágil punto de estabilidad para el país. Para ello, sin embargo, ha tenido que someterse a todas las peticiones del Partido Socialista, que ahora no se sumará a las mociones de censura que este mismo jueves presentarán tanto La Francia Insumisa como Reagrupación Nacional. Sin ellos, la oposición no tiene los votos suficientes para hacer caer al Ejecutivo.

De este modo, y pese a que Macron se negó en todo momento a cruzar la línea roja de nombrar como primer ministro a un socialista, Lecornu ha accedido a sus peticiones, especialmente a la de suspender la reforma de las pensiones, el gran legado del macronismo. «Propondré al Parlamento este otoño que suspendamos la reforma de las pensiones de 2023 hasta las elecciones presidenciales. No se aumentará la edad de jubilación desde ahora hasta enero de 2028, como solicitó específicamente ayer la CFDT. El período de seguro también se suspenderá y se mantendrá en 170 trimestres hasta enero de 2028 », afirmó el primer ministro durante su discurso de política general ante la Asamblea Nacional.

A su vez, Lecornu también ha afirmado que renuncia a utilizar el artículo 49.3 de la Constitución, que permite aprobar las medidas mediante decreto. «El Parlamento tendrá siempre la última palabra», ha confirmado Lecornu, que ha advertido que, con esta decisión, «ya no hay contexto para la censura». El primer ministro presentó además una «contribución excepcional» a los grandes holdings empresariales y prometió una conferencia sobre pensiones y trabajo en las próximas semanas para definir una hoja de ruta con los interlocutores sociales.

De manera distinta piensan Jean-Luc Mélenchon y Marine Le Pen, que con sus formaciones políticas representan los extremos del hemiciclo y que han asegurado, por activa y por pasiva, que censurarán cualquier Gobierno elegido por Macron, con la intención de que el presidente convoque elecciones. «Todo esto se hace para impedir que los franceses elijan la alternancia», denunció Le Pen, mientras Mélenchon aseguró que «censurará cualquier Ejecutivo del macronismo». Sin embargo, y a pesar de lo rocambolesco de su plan, eligiendo primer ministro al mismo que dimitió días antes, Macron ha logrado un balón de oxígeno para Francia. Al menos, de manera temporal.

Pero no todo es tan fácil como parece. Lecornu necesita el apoyo de los socialistas para poder presentar hoy mismo los presupuestos, que se deberían aprobar de aquí a final de año. Sin embargo, la suspensión de la reforma de las pensiones supone un gasto millonario para un país que ya enfrenta una deuda billonaria y que supone el 114 % del PIB y un déficit público situado en el 5,4 %. «El coste de la suspensión para nuestro sistema de pensiones es de 400 millones de euros en 2026 y 1.800 millones de euros en 2027. Esta suspensión beneficiará en última instancia a 3,5 millones de franceses. Por lo tanto, deberá ser compensada financieramente, incluso mediante medidas de reducción de gastos», ha confirmado el primer ministro durante su discurso, aunque no ha explicado cuáles serán esas medidas.

Protesta pensiones Francia

Protesta contra la reforma de las pensiones en Francia impulsada por Emmanuel MacronAFP

Pese a la momentánea victoria, el margen sigue siendo estrecho. Con que 24 diputados de los 119 que suman socialistas y republicanos (la derecha gaullista), se sumen la moción de este jueves, el Ejecutivo caería. Si eso ocurre, Lecornu ya ha avisado que la única solución sería la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas. «Francia necesita estabilidad, un Gobierno y un presupuesto, esa es nuestra prioridad», ha declarado Laurent Wauquiez, de Los Republicanos.

Lo ocurrido hoy es, a la vez, una victoria y una derrota para el presidente de la República, Emmanuel Macron. Por un lado, parece haber sorteado la gran crisis que asolaba a su país y aleja, al menos de momento, la perspectiva de unas elecciones que, de acuerdo con los sondeos, castigarían severamente a sus filas. Sin embargo, para ello ha tenido que recurrir a la suspensión de la reforma de las pensiones, el gran logro de su Presidencia. Con su legado hecho añicos y su reputación por los suelos, Macron ya no tiene nada a lo que agarrarse.

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