Zelenski exige sanciones más duras contra el petróleo ruso y la flota fantasma en una reunión con sus aliados

el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha intensificado sus reclamaciones de presionar a Rusia y debilitar su financiación bélica. Reunido con el primer ministro británico, Keir Starmer, y líderes de otros veinte países, en el marco de la Coalición de Voluntarios, ha pedido sancionar todas las petroleras rusas, las refinerías y terminales logísticas, así como la conocida 'flota fantasma' que transporta crudo y otros combustibles desde Moscú.

Zelenski agradeció a Estados Unidos y a la Unión Europea las medidas ya adoptadas contra compañías como Rosneft y Lukoil, pero subrayó que el conflicto no se resolverá sin un castigo económico más amplio y sostenido que frene la guerra en Ucrania.

La Coalición de Voluntarios, creada el pasado marzo por Reino Unido y Francia para coordinar ayuda a Kiev y planificar su seguridad postconflicto, acordó un plan de cinco puntos que incluye la exclusión total del petróleo y gas rusos del mercado global, la utilización de los activos rusos congelados en apoyo a Ucrania, el refuerzo de las defensas aéreas del país y la entrega de misiles de largo alcance, así como la elaboración de un plan de seguridad que podría contemplar despliegues militares europeos una vez finalice la guerra.

En la cita, celebrada en el Ministerio de Exteriores británico, también participaron presencialmente el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y los primeros ministros de Dinamarca, Mette Frederiksen, y Países Bajos, Dick Schoof, mientras que otros líderes se unieron de manera telemática.

Zelenski insistió en que cualquier plan de alto el fuego debe garantizar un desenlace «justo» para Ucrania, que no recompense a Rusia ni sirva de precedente para futuras agresiones. «Solo funcionará una solución sólida y justa. Por favor, apóyennos en esto», declaró durante su intervención.

Starmer, por su parte, subrayó la necesidad de una estrategia coordinada para llevar al presidente ruso, Vladimir Putin, a la mesa de negociaciones, reforzando las sanciones y aumentando la asistencia militar a Ucrania.

El encuentro se produce después de que la Casa Blanca cancelara un posible encuentro entre Trump y Putin en Budapest, al considerar que no se habían producido avances suficientes hacia un acuerdo de paz, y en un contexto en el que Rusia descarta cualquier alto el fuego mientras no se resuelvan lo que Moscú llama las «causas originales» del conflicto.