Vladimir Putin y el presidente Donald Trump tras una declaración conjunta en Alaska
Estados Unidos sanciona a las principales petroleras rusas para presionar a Moscú y frenar la guerra en Ucrania
El Departamento del Tesoro endurece las medidas contra las dos principales petroleras rusas, extendiendo las restricciones a sus filiales y bloqueando todos sus activos bajo jurisdicción estadounidense
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció este miércoles un nuevo paquete de sanciones dirigido a Rosneft y Lukoil, las dos mayores compañías petroleras de Rusia. La medida, según la administración norteamericana, responde a la «falta de compromiso serio por parte del Gobierno de Vladímir Putin con un proceso de paz» que ponga fin a la guerra en Ucrania, iniciada en febrero de 2022.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, subrayó que la decisión busca reducir la capacidad financiera del Kremlin y cortar una de las principales fuentes de ingresos que alimentan la maquinaria bélica rusa. «Dada la negativa del presidente Putin a poner fin a esta guerra sin sentido, sancionamos a las dos mayores empresas petroleras que sostienen su economía de guerra», afirmó Bessent en un comunicado difundido poco después de su intervención en la Casa Blanca.
Sanciones ampliadas a filiales y activos
Las sanciones, que se suman a las ya impuestas en años anteriores, amplían el alcance a todas las filiales y compañías vinculadas a Rosneft y Lukoil en las que ambas mantengan una participación igual o superior al 50 %, ya sea de manera directa o indirecta.
La nueva orden incluye el bloqueo de todos los bienes e intereses de ambas petroleras bajo jurisdicción estadounidense y prohíbe cualquier transacción por parte de ciudadanos o empresas de Estados Unidos con las entidades sancionadas. Asimismo, las excluye del sistema financiero estadounidense, dificultando su acceso a financiación internacional y operaciones en dólares.
Rosneft, de propiedad estatal, produce alrededor del 6 % del crudo mundial y cerca de la mitad del petróleo ruso, mientras que junto a Lukoil exportan unos 3,1 millones de barriles diarios
El peso energético de Rosneft y Lukoil
Rosneft, de propiedad estatal, produce alrededor del 6 % del crudo mundial y cerca de la mitad del petróleo ruso, mientras que junto a Lukoil exportan unos 3,1 millones de barriles diarios. Ambas compañías desempeñan un papel estratégico no solo en la economía rusa, sino también en los mercados energéticos globales.
Con esta nueva ronda de sanciones, Washington busca erosionar los ingresos energéticos que sostienen el esfuerzo militar del Kremlin, al tiempo que pretende enviar una señal a otros países aliados para que mantengan la presión sobre Moscú. «El Tesoro está dispuesto a adoptar más medidas si es necesario, y alentamos a nuestros socios internacionales a unirse a nosotros en este esfuerzo», añadió Bessent.
Reacción desde la Casa Blanca
El presidente estadounidense, Donald Trump, respaldó públicamente las sanciones, calificándolas de «masivas» y confiando en que ejerzan una presión significativa sobre el Gobierno ruso. «Producen mucho petróleo; esperamos que estas sanciones lleven a Putin a actuar con más sensatez. Lo mismo espero de Zelenski», declaró el mandatario en el Despacho Oval.
Pese a las recientes tensiones, la Casa Blanca precisó que no existen planes inmediatos para una nueva cumbre entre Trump y Putin, después de que el presidente estadounidense insinuara la semana pasada la posibilidad de un encuentro a corto plazo.
Vladimir Putin y Donald Trump, durante el encuentro que mantuvieron en Alaska
Desde el inicio de la invasión rusa, Washington ha sancionado a más de 6.000 personas y entidades vinculadas al complejo militar-industrial de Rusia. Estas medidas, adoptadas en coordinación con aliados europeos y asiáticos, se han ido endureciendo a medida que Moscú ha intensificado sus ataques sobre territorio ucraniano.
Con este nuevo paquete, la administración estadounidense busca reforzar el aislamiento económico de Rusia, mantener la presión diplomática y, al mismo tiempo, reactivar el liderazgo internacional de Estados Unidos en la gestión de la crisis ucraniana.