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El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez (c)

El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez (c)EFE

El régimen chavista retira a Venezuela del Estatuto de Roma y acusa a la Corte Penal Internacional de «vasallaje»

La CPI investiga al régimen de Maduro por presuntos crímenes de lesa humanidad cometidos desde 2017

La Asamblea Nacional (AN, Parlamento) de Venezuela, controlada por el régimen chavista, ha aprobado este jueves por unanimidad una ley que deroga la adhesión de país al Estatuto de Roma, con el fin, según ha declarado el presidente del legislativo, Jorge Rodríguez, de «denunciar al mundo la inutilidad y el vasallaje» de la Corte Penal Internacional (CPI).

La norma fue elaborada por el Legislativo después de que la Fiscalía de la CPI anunciara, el pasado 1 de diciembre, que cerrará su oficina técnica en Caracas, al advertir una falta de «progreso real» con Venezuela en materia de «complementariedad», principio que exige al país investigar seriamente los crímenes de los que se les acusa antes de que intervenga este tribunal.

Durante la votación en la sesión parlamentaria, Rodríguez afirmó que esta institución «debería servir para proteger a los pueblos y solo sirve para los designios del imperialismo norteamericano». Esta legislación, indicó, se hizo para demostrar «solidaridad con el sufrimiento del pueblo palestino».

Con esta aprobación, el Parlamento sancionó la ley, que será remitida al autócrata, Nicolás Maduro, a quien corresponde su promulgación. La legislación entraría en vigencia cuando sea publicada en la Gaceta Nacional, el periódico oficial del régimen.

El martes, durante la primera discusión del proyecto de ley, el presidente del Parlamento ya adelantó que Venezuela se saldría de la CPI por el «vasallaje» de sus representantes, al afirmar que los jueces de este organismo «no están allí para impartir justicia ni para defender los derechos».

Al comunicar el cierre de su oficina en Caracas, la Fiscalía de la CPI dejó claro que la investigación sobre los presuntos crímenes de lesa humanidad cometidos en el país «permanece activa» y dirigida por un equipo de fiscales que seguirá trabajando desde La Haya.

La CPI abrió la investigación sobre Venezuela en 2018 a raíz de una remisión de varios países. El régimen de Nicolás Maduro intentó repetidamente frenar el caso, alegando que su sistema judicial está llevando a cabo investigaciones internas, pero la Corte rechazó esa posición en 2023 y autorizó la reanudación de las pesquisas por presuntos crímenes de lesa humanidad cometidos desde 2017.

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