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29 de marzo de 2024

La ola roja de gobiernos de izquierda en Hispanoamérica fagocita el continente

La ola roja de gobiernos de izquierda en Hispanoamérica fagocita el continenteLu Tolstova

El Debate en América

La segunda ola roja en Hispanoamérica: el invierno de la libertad

El 85 % de los habitantes de Hispanoamérica, 500 millones de personas, viven bajo gobiernos de izquierda

El invierno de la libertad ha llegado a Hispanoamérica. La izquierda ha alcanzado una representación política histórica. El 8 5% de sus habitantes, 500 millones de personas, viven bajo gobiernos de izquierda. Tal fenómeno electoral llamado la segunda ola rosa, haciendo referencia a la denominación que le dio un periodista del New York Times a los triunfos electorales de la izquierda en los albores del milenio.
En general y siguiendo a Álvaro García Linera quien fuera miembro y cofundador del Ejército Guerrillero Túpac Katari; convertido en vicepresidente de la república plurinacional de Bolivia (2006-2019), se afirma que el término ola, alejándose del periodista del NYT., corresponde a un concepto que usaba Marx en 1848.
Viniendo las olas de Marx, nadie podría objetar que son rojas. Hay quienes se apartan de tal postura y sostienen que no hay tal ola socialista, «sino una profunda insatisfacción por promesas incumplidas por gobiernos de derecha y, por las mismas razones, los actuales gobiernos de izquierda saldrán por la misma puerta que entraron».

Los nuevos gobiernos de izquierda no tendrían un «tinte» ni «motor ideológico» marcado; serían «más pragmáticos» y «desvinculados con el comunismo»

Diferentes analistas e ideólogos de izquierda han caracterizado la segunda ola roja con una serie de notas que representarían diferencias relevantes con la primera. Entre las características más relevantes advierten: En primer lugar, los nuevos gobiernos de izquierda no tendrían un «tinte» ni «motor ideológico» marcado; serían «más pragmáticos» y «desvinculados con el comunismo».
En segundo lugar, no se daría una estrecha unidad entre los gobiernos como sí se produjo en la primera ola roja; habría un «giro menos cohesionando».
Por último, al igual que en la primera ola, existiría el compromiso con la llamada «sostenibilidad y respeto al medio ambiente»; como si de roja, pudiera convertirse en verde, asunto que trataremos en otra ocasión.
Sin embargo, al momento de confrontar los análisis y dichos con la realidad, parece discutible que tales características representativas de los gobiernos de izquierda estén presentes en el ejercicio del poder gubernativo.

Ningún gobierno quiere el socialismo del siglo XX, el de cuba; tampoco el del siglo XXI, porque significa superar la economía de mercado y tener un estado fuerteHans DieterichAutor de 'El Socialismo del Siglo XXI'

En relación a la falta de tinte y motor ideológico. Hans Dieterich, sociólogo de izquierda, asesor hasta el año 2007 de la dictadura chavista y autor del texto El Socialismo del Siglo XXI, sostiene que «ningún gobierno quiere el socialismo del siglo XX, el de cuba; tampoco el del siglo XXI, porque significa superar la economía de mercado y tener un estado fuerte».
Sin embargo, las opiniones de un Gabriel Boric del 23 de noviembre recién pasado en México, contradicen al teórico de izquierda y a los analistas de la plaza. «Tenemos que salir a la ofensiva, pensando que la izquierda no solo se constituye desde el Estado. Es importante volver a vincular a la sociedad civil, a las organizaciones barriales, que la izquierda no se quede solamente en la administración de las políticas públicas, es la política».
Se trata en el fondo del marxismo comunal o socialismo comunal del buen vivir de su oidor y asesor García Linera. «El Estado como núcleo articulador de cuestiones complejas, y un eje de alianzas efectivas entre fuerzas políticas y movimientos sociales». Tal como sostenía Gramsci, se trata, en definitiva, de politizar todo.

La izquierda emergente, ya no está casada con el comunismo

Visto así, parece poco convincente afirmar que la segunda ola roja no tiene tinte ni motor ideológico. Tampoco resulta verosímil declarar que en esta segunda ola roja «la izquierda emergente, ya no está casada con el comunismo» y comprobar, en los hechos, que todos los gobiernos de izquierda actualmente en el poder; también ocurrirá con Brasil, tienen alianzas de gobierno con los partidos comunistas de sus respectivos países.
Por otra parte, también desde la izquierda, se ha afirmado que en la segunda ola roja se va a producir un «un giro menos cohesionado», menos articulado y unitario. Sin embargo, al examinar las declaraciones del Foro de São Paulo, del grupo de Puebla o del Foro Social Mundial, el giro tiende más bien a una cohesión granítica.
Pues, entre los objetivos del Foro Social Mundial para el año 2022 y en el que participan múltiples movimientos sociales de izquierda de los países gobernados por la misma ideología, están, entre otros: «Consolidar, fomentar y participar de los procesos de diálogos auto organizados que potencien alianzas, proyectos, iniciativas de acción que estén interconectadas a nivel nacional e internacional, en las que se construyen agendas globales comunes, que logren incidir emancipadora y contra hegemónicamente, y se avance en la construcción de un sujeto global.»
Por su parte, el Grupo de Puebla, no está alejado del propósito de cohesionar acciones conjuntas. De hecho, en la declaración constitutiva (julio 2020) del Grupo Parlamentario Progresista Iberoamericano del Grupo de Puebla se lee que «tiene como objetivo principal ser un ámbito de encuentro de parlamentarios/as, para desarrollar y articular iniciativas legislativas comunes para que éstas puedan traducirse en proyectos de resoluciones, declaraciones y leyes en los respectivos países.»
En la declaración del encuentro de Santa Marta del 10 y 11 de noviembre del presente año, se establecen una serie de consideraciones en las que hacen referencia a cuestiones diversas como el número de personas fallecidas por covid, la violencia de género, violencia sexual, el número de personas que padecen hambre, la profundización de la democracia social, participativa y local, las constantes discriminaciones hacia las mujeres afrodescendientes y población LGTBI+, la construcción de una nueva ciudadanía latinoamericana, la desregulación de la prohibición de las drogas, la gratuidad y calidad de la educación y la transición ecológica, entre otras.
A renglón seguido afirman que «las respuestas a este conjunto variopinto de desafíos están en la integración, más aún, cuando el progresismo ha vuelto al poder en buena parte del continente».
Y, más adelante se puede leer: «Necesitamos más integración y diálogo político. Con el nuevo panorama de Brasil se despeja el camino para el retorno a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y para la reactivación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur)». Para concluir, «este encuentro del Grupo Puebla en la ciudad de Santa Marta, morada del fallecimiento del Libertador Simón Bolívar, constituye un esfuerzo en ese sentido, y ha congregado a distintas voces de un progresismo latinoamericano y caribeño, cada vez más diverso, para unirnos e integrarnos para el cambio».

Declaración del Foro de Sao Paulo

En la Declaración del Foro de São Paulo, reunión ampliada del Grupo de Trabajo Caracas, 18 y 19 de noviembre del 2022, como expresa el titular de Granma, órgano oficial del comité central del Partido Comunista de Cuba, el 22 de noviembre recién pasado: «Foro de São Paulo destaca en declaración final nuevas formas de articulación para la unidad».
En el texto, previo a la declaración de 21 puntos en los que dan a conocer una serie de cuestiones, celebran los triunfos electorales «de las fuerzas populares y las rebeliones sociales, que se han registrado en América Latina y el Caribe desde 2018 hasta ahora, signan un nuevo tiempo en el cual es posible reconstruir el proceso de integración y unidad de la región, teniendo conciencia de la necesidad de actuar de manera mancomunada para enfrentar los grandes desafíos globales».
Entre los 21 puntos de la declaración se puede leer, en los puntos 1 y 2: «Respaldamos los triunfos de Lula en Brasil, Gustavo Petro en Colombia, Xiomara Castro en Honduras, Gabriel Boric en Chile, Pedro Castillo en Perú, Luis Arce Catacora en Bolivia, y Alberto Fernández en Argentina, que han modificado el mapa político de la región; y al mismo tiempo, damos nuestro apoyo a la Cuarta Transformación de México que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador
«Ratificamos nuestra solidaridad con la Revolución Cubana, la Revolución Bolivariana de Venezuela y la Revolución Sandinista de Nicaragua , ante los embates de las fuerzas de la derecha y del imperialismo». Y, en el punto 21 y final: «Asumimos, como espacio de articulación política de los partidos de las izquierdas y los movimientos sociales, la decisiva tarea de la unidad de todas las corrientes democráticas y de las organizaciones populares que luchamos por la soberanía, la democracia participativa y la igualdad y la justicia social.»

La unidad se articula a nivel de movimientos sociales en el Foro Social Mundial; a nivel parlamentario en el Grupo de Puebla; a nivel de partidos políticos en el Foro de São Paulo; a nivel gubernativo en la Unasur y a nivel político, económico, social y cultural en la Celac

Como se advierte, la unidad se articula a nivel de movimientos sociales en el Foro Social Mundial; a nivel parlamentario y legislativo en el Grupo de Puebla; a nivel de partidos políticos en el Foro de São Paulo; a nivel gubernativo en la Unasur y a nivel político, económico, social y cultural en la Celac.
La posverdad opera de manera efectiva cuando se trata de definir a los gobiernos de izquierda. Al contrario de lo que sostienen, la segunda ola roja, no se caracteriza por ser menos ideológica, más pragmática, desvinculada del comunismo y menos cohesionada.
En realidad, la izquierda no está disponible para la propuesta zapatista romántica y sofística del comandante Marcos: «Cambiar el mundo sin tomar el poder». Más bien está comprometida con la declamación de la secretaria del Foro de São Paulo, realizado recientemente en Caracas. Declamación de la consigna del fallecido dictador Chávez: «Unidad, lucha, batalla, victoria». El invierno de la libertad ha llegado a Hispanoamérica.
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