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26 de abril de 2024

Cuban President Miguel Diaz-Canel (L) and former President Raul Castro (R) attend the celebrations for the 69th anniversary of the Moncada Barracks assault in Cienfuegos, Cuba, on July 26, 2022. (Photo by Yamil LAGE / AFP)

Miguel Díaz-Canel y Rául CastroAFP

El Debate en América

Cuba, hacia 70 años de comunismo de la mano de Estados Unidos

Si Cuba –con un pueblo desarmado y los militares convertidos en hombres de negocios mediante empresas esclavistas y fraudulentas–, no se ha liberado del comunismo ha sido porque a Estados Unidos no le ha dado la gana

Cuba se dirige hacia siete décadas de más comunismo (el castrismo lleva ya 64 años en el poder), sin ningún tipo de cambio radical en el horizonte, como no sea el del cambio–fraude que impusieron el régimen de Castro II y el gobierno de Barack Obama, y que ha continuado con el gobierno de Joe Biden.
Si Cuba –con un pueblo desarmado y los militares convertidos en hombres de negocios mediante empresas esclavistas y fraudulentas–, no se ha liberado del comunismo ha sido porque a Estados Unidos no le ha dado la gana.

A Estados Unidos le conviene mejor una Cuba castro-comunista hundida en la miseria que una isla próspera

Intervenir no intervienen, pero permitieron (con la complicidad mundial) 30 años de invasión militar soviética; sólo porque según ellos, a Estados Unidos le conviene más una Cuba castro–comunista hundida en la miseria que una isla próspera que le haga competencia turística a las islas aledañas y a Estados Unidos, algo que previó el financiero de la mafia norteamericana Meyer Lansky hace muchos años, y que fue la razón por la que invirtió en los casinos de La Habana, perdiendo una gran fortuna en cuanto Fidel Castro y sus pandilla llegaron al poder y le quitaron todo como se lo robaron a todo el mundo, para apoderarse ellos de Cuba y hacer de ella su finca personal con once millones de esclavos.
64 años después, y tras la toma del poder por Raúl Castro al suceder en un acto dinástico a lo norcoreano, el que algunos consideraron que sería un reformador, y que lo único que reformó para peor fue la manera de asesinar a los verdaderos opositores: no los mandó a fusilar directamente como hacía su hermano, Castro I, sino que empezó a eliminar a los líderes de la oposición mediante accidentes de tráfico, inyecciones letales (muy a lo Vladímir Polonio Putin), y desapariciones sin que nadie pudiera reclamar nada.
Qué van a reclamar, si al mundo no le importa para nada lo que sucede en Cuba. Al mundo, en cuanto a Cuba sólo le importa la visión de Estados Unidos, y ya habrán comprendido que a Estados Unidos lo único que le importa es eternizar la tiranía (lean por favor El cuarto piso, del embajador norteamericano en Cuba en época del presidente Fulgencio Batista y Zaldívar, Earl S. T. Smith).
Raúl Castro, su hijo Alejandro Castro Espín, formado por Putin en Rusia, y los militares beneficiados económicamente, son los que mandan en Cuba, maniobran a su antojo detrás de la marioneta de turno Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Díaz-Canel es el exmilitar que se puso la guayabera de senador republicano (traje que estuvo prohibido en Cuba durante décadas hasta que Gabriel García Márquez, el cartero de Aracataca y de las FARC y Fidel Castro se vistieron con ella y el «Coma Andante» adoptó además la marca Nike); y se vendió al mundo como el presidente aperturista, cuando en verdad no es más que otro títere que no dudó en amenazar a los cubanos con una guerra civil en medio de las protestas del 11 y 12 de julio.
De esas protestas el saldo ha sido de 1079 presos políticos, entre ellos mujeres y 38 menores de edad (algunos cumplieron la mayoría en la cárcel) condenados a penas de entre 9 a 30 años de encarcelamiento en celdas de castigo o tapiadas. Estoy contando solamente a los presos de la última redada del 2021, sin añadir a los que antes de esa fecha ya llevaban meses y años en prisión y a los vinieron después.

El mayor logro de Fidel Castro, que prometió entregar el poder a los humildes fue crear un producto de marketing llamado «revolución cubana» que le vendió al mundo y que el mundo le compró

Sin duda alguna, el mayor logro de Fidel Castro, que prometió entregar el poder a los humildes fue crear un producto de marketing llamado «revolución cubana» que le vendió al mundo, y que el mundo le compró y le sigue comprando.
Si hoy el mapa de Sudamérica y Centroamérica se ve casi enteramente teñido de rojo con sus nefastas consecuencias, es sin duda alguna por culpa del castro-comunismo. El legado de Fidel Castro es sólo mentira, hambre, desolación, presos políticos, torturas, desapariciones, y crímenes; un legado que comparte con su hermano, Castro II. Un legado típico del social-comunismo.
Sin embargo, Raúl Castro y Barack Obama lograron sembrar en la mente de dos generaciones que ya empiezan a funcionar en la política interna y externa, que el socialismo podía mejorarse, y que otro socialismo era posible. Plan que iniciaron Fidel Castro e Inacio Lula da Silva con el Foro de Sao Paulo y que acuñó Hugo Chávez con Mahmoud Ahmadinejad en Irán cuando reiniciaron a Hezbollah, como fuerza política.
En esa cuerda, y bajo esos tenores, al que se añadieron Joe Biden y Kamala Harris (el primero ni se entera), en lo que es este tercer mandato de Obama, es que se ha creado una nueva oposición cubana social-comunista, que difunde la idea desde el interior y desde el exterior, que Cuba necesita ese nuevo socialismo redentor.
Nombres como Manuel Cuesta Morúa, Yoani Sánchez, Reynaldo Escobar, Luz Escobar, Tania Bruguera, Yunior García Aguilera, Movimiento San Isidro, y Carolina Barrero, entre otros, que sin tener una historia de oposición en su haber, y sin tener una obra social y política contundente en sus trayectorias han sido beneficiados y privilegiados por el gobierno socialista de Pedro Sánchez y por el de Barack Obama en su tercer mandato, además de otros políticos europeos.
Algunos de estos opositores que no se oponen y que no tienen otro programa político que el de mejorar el socialcomunismo se hacen llamar 'artivistas', porque supuestamente son artistas involucrados en la política, aunque no admiten crítica de ninguna forma, y que sólo se involucran en el discurso político cuando se trata de salvar el social-comunismo, pago y viajes mediante.
De otro lado, pocos son los movimientos fundacionales que exigen un cambio radical desde dentro. Pienso en el MCL, Movimiento Cristiano Liberación, fundando por Oswaldo Payá, asesinado por Raúl Castro, junto al joven Harold Cepero, liderado en la actualidad por Eduardo Cardet, y el movimiento FANTU, Foro Antitotalitario Unido, liderado por Guillermo Fariñas Hernández, otros movimientos republicanos y por la restitución de la Constitución de 1940 se han ido formando en la isla y en el exilio, todos poseen programas de peso para un cambio radical en Cuba y para su reconstrucción.

Resulta curioso que los únicos que reciben apoyo desde todas las tendencias políticas, españolas y europeas, son los que claman por más social-comunismo

Sin embargo, resulta curioso que los únicos que reciben apoyo desde todas las tendencias políticas, españolas y europeas, son los que claman por más social-comunismo, o sea, por el sistema que no sólo ha destruido a un país próspero, que en 1957 era el tercer país desde el punto de vista económico, en vías de desarrollo y no subdesarrollado, ojo con la diferencia, del continente sudamericano, y ese país era Cuba, además ha destruido a Venezuela, a Argentina (los dos países que compartían rangos económicos en el mismo año por delante de Cuba), Nicaragua, a Perú, y va en camino de destruir a España, y a los mismos Estados Unidos.
  • Zoe Valdés es escritora cubana autora de 'La intensa vida'
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