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Andrés Montero
Andrés Montero

España y Chile recorren el mismo sombrío camino

En ambos casos, se indemniza a hijos y nietos de quienes fueron opositores a Franco y a Pinochet y en ambos países se cambian los nombres de las calles

Actualizada 07:54

Pedro Sánchez recibe a Gabriel Boric en La Moncloa

Pedro Sánchez recibe a Gabriel Boric en La Moncloa

En España se vive hoy un proceso bastante inentendible para los no españoles. ¿Cómo se procede para formar gobierno? ¿Cómo de un prófugo de la justicia, depende el devenir de España? ¿Cómo se entiende el interés de algunos por desmembrar al Reino de España? ¿Cómo pasan los días y se desperdicia tiempo valioso discutiendo materias que deberían estar mas definidas? Tras recorrer España en distintas ocasiones, voy reconociendo situaciones similares a lo que nos sucede en Chile.

Algunas similitudes: el Estado es demasiado poderoso en ambas naciones. Hay muchos que viven de los beneficios del Estado y no quieren trabajar. Hay inmigración ilegal que complica el futuro. Los políticos mayores –caso Felipe González y Alfonso Guerra– van comprobando con los años que las ideologías que promueven un Estado asfixiante son negativas para el desarrollo. En Chile está el caso de los expresidentes Eduardo Frei y Ricardo Lagos, con similar evolución.

En ambos países se persigue eternamente a ex gobernantes: Franco en España y Pinochet en Chile

En ambos países la mayoría de las universidades tienen sesgo «progresista», entendido como estatistas-socialistas. En ambos países se persigue eternamente a ex gobernantes: Franco en España y Pinochet en Chile. En ambos casos la izquierda no reconoce nada bueno en sus gestiones como gobernantes. En ambos casos, se indemniza a hijos y nietos de quienes fueron opositores a Franco y a Pinochet. En ambos países se cambian nombres de las calles. En el caso de Chile, se asigna el nombre de Salvador Allende a muchas calles y avenidas en distintas ciudades. Allende fue el peor presidente que ha tenido Chile en su historia.

Las palabras amnistía y juicio justo, solo son aspiraciones posibles de la izquierda dura. Televisión Española es tan sesgada como Televisión Nacional de Chile. Ambas redes de comunicaciones son reductos de un periodismo groseramente manipulado por ambos gobiernos. El mundo de la cultura está capturado por la izquierda.

En el caso de Chile, el actual presidente tiene menos del 30 % de apoyo, pero los museos, universidades, la música, el teatro y las muestras culturales son reducto de la izquierda. El idioma español es perseguido por los «progresistas» en España. En Chile, se pretende reflotar el mapudungun, una lengua que hablan no más de 200.000 personas.

El mundo de la cultura está capturado por la izquierda

La agenda 2030, la inclusión, el feminismo fanático, la deformación del idioma español, la reducción de jornada laboral, la persecución a la religión, la intervención del Estado en los programas educativos privados, la campaña en contra de los padres para definir el futuro de la educación de sus hijos, la intervención del Estado en los niños muy pequeños en materias sexuales, la promoción de nuevos sexos, la humanización de los animales, el privilegio a las minorías, la oposición a una familia con un padre y una madre, la promoción del aborto libre, la persecución a la propiedad privada por vías tributarias y la total indiferencia de ambos gobiernos ante las atrocidades que suceden hoy en Cuba y Venezuela, son algunas de las similitudes actuales en lo que observo en España y Chile.

La gran protección que tiene España –por el momento– es ser parte de la Unión Europea. No obstante la inmigración masiva que se observa en Italia, Francia, España, Alemania, Holanda, Bélgica y otros países genera mucha preocupación, toda vez que ese proceso migratorio continuará, pues África no da señales de crecimiento y tampoco se ven bien las cosas en los países de Oriente Medio.

La creciente presencia de religiones fanáticas en algunos países de Europa y la pérdida de la identidad de cada nación europea, genera una preocupación que, en mi opinión, es ignorada por las más altas autoridades de los organismos internacionales, en que sus funcionarios están mas preocupados de sus salarios y beneficios personales, que del destino de Europa o del mundo en general.

La Unión Europea en España y las Naciones Unidas en Chile, son las que llevan la pauta de como deben seguir actuando los gobiernos. España depende de los recursos de la UE y Chile está sometido por una creciente normativa de Naciones Unidas en una infinidad de materias. En los próximos días se tendrá claro quién gobernará España los próximos cuatro años, aunque todo indica que nuevamente Pedro Sánchez estará al frente del gobierno, con una España dividida.

En Chile quedan algo mas de dos años de gobierno, de un joven que está aprendiendo lo que se supone que un presidente sabe al empezar a gobernar. La juventud ha sido un mal aliado para Boric, como también la mala influencia de sus compañeros de lucha, los que provienen del Partido Comunista y de fracciones de izquierda de difícil definición.

Chile está dividido en dos fracciones irreconciliables, entre los que miran al pasado con odio y venganza y quienes miran al futuro confiando en un país que hasta hace no mucho fue la perla de América Latina. Ojalá que las similitudes entre España y Chile confluyan hacia un futuro promisorio para sus pueblos, que esperan mayor seriedad en la gestión de sus gobernantes.

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