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El nombre es tan castizo como el propio sorteo, pero pocos conocen su etimologíaEFE

¿Qué es realmente la pedrea de la Lotería de Navidad y de dónde viene su nombre?

Es importante no confundirla con el reintegro (acertar la última cifra del Gordo), que únicamente devuelve lo jugado

Si el Gordo es el protagonista indiscutible del Sorteo Extraordinario de Navidad, la pedrea es, sin duda, su banda sonora. Durante más de cuatro horas, el cántico monocorde de los «¡Miiil euuurooos!» inunda los hogares españoles. Pero, ¿qué hay realmente detrás de este premio menor que, paradójicamente, es el que más alegría reparte por la geografía nacional?

Aunque a menudo se le llama «premio de consolación», la pedrea es estadísticamente la gran protagonista del 22 de diciembre. No es un premio único, sino un conjunto de 1.794 premios. Mientras que todos soñamos con el primer premio, la realidad matemática dicta que la pedrea es la esperanza más tangible.

En términos económicos, una pedrea otorga 1.000 euros a la serie. Para el comprador de a pie, esto se traduce en 100 euros por décimo. Teniendo en cuenta que el boleto cuesta 20 euros, el agraciado multiplica por cinco su inversión.

Es importante no confundirla con el «reintegro» (acertar la última cifra del Gordo), que únicamente devuelve lo jugado. Además, la pedrea tiene una gran ventaja fiscal: al ser un premio inferior a 40.000 euros, se cobra íntegro, libre de impuestos.

Un origen a «pedradas»

El nombre es tan castizo como el propio sorteo, pero pocos conocen su etimología. La palabra «pedrea» proviene directamente de piedra y hace alusión al acto de apedrear.

Existen dos teorías aceptadas sobre cómo este término acabó definiendo a la lotería. La primera es puramente auditiva: antiguamente, el sonido de las miles de bolas de madera cayendo y golpeando dentro de los bombos recordaba al ruido de una granizada o de piedras cayendo sobre un tejado.

La segunda teoría es más metafórica y social. Mientras que los premios mayores son «rocas» grandes que golpean a unos pocos afortunados, la pedrea se concibe como una lluvia de grava o piedras pequeñas lanzadas a la multitud.