Los concesionarios ven como se 'mata' al coche de combustible sin una alternativa real

Casi nadie compra ya un coche en propiedad

Multiopción

¿Multiopción o renting? Tres formas de comprar un coche y evitar problemas en el futuro

La incertidumbre de los precios y la electrificación provoca desconfianza en la compra en el momento

Dice Mario, un vendedor de coches de un concesionario de Madrid que «en 30 años de profesión no hemos tenido que adaptarnos a tantos cambios como en los últimos cinco». Habla sobre la escasez de chips, fábricas cerradas, problemas a los motores térmicos, coches eléctricos… Sobre cómo se compran los coches hoy en día asegura que «hemos pasado mucho tiempo sin poder vender, pero ahora el 90 % de mis ventas son financiadas, con opción a futuro o con renting de un banco, nadie se compra un coche y lo paga en mano».
Entrar a un concesionario ya es algo ‘vintage’. Este formato de venta de vehículos empieza a desaparecer. El pedido puede hacerse online y acudir a una moderna boutique efímera en algún centro comercial a recogerlo.
Supongamos que todavía podemos entrar a una de esas grandes superficies y abrir y cerrar puertas y maleteros mientras esperamos turno. Cuando tomamos la decisión llega la hora de elegir cómo pagamos y qué pasará con el coche en unos años.

Financiación

Para los que quieren su coche y lo quieren para toda la vida, la opción de financiar es la mejor opción. El concesionario pide nóminas, rentas y recibos del banco para ofrecer un crédito que el comprador irá pagando con el paso de los años.
El problema de esta práctica es que se acaba pagando por un coche cuyo valor se devalúa desde que abandona el concesionario y, lo más importante, que en 2023 los intereses de los préstamos están por las nubes porque no conviene que la gente pida dinero prestado dada la inflación que tenemos.

Multiopción

Es la estrella de los procesos de venta y el pilar en el que se apoya el sector desde hace unos años. La multiopción consiste en que el comprador no tiene el dominio del coche, es decir, que para la DGT el coche está a nombre de la marca. Pero se tiene que ocupar de todo lo demás, seguro, revisiones, gasolina…
El comprador paga una entrada y decide si quiere tener el coche tres o cuatro años, justo hasta antes de la primera ITV. Se calculan unas cuotas mensuales y se acuerda una cuota final que suele ser más de la mitad del valor total y que es lo que se espera que valga el coche en esos años.
Esta opción permite acceder a un coche con una entrada y dejar el resto en cuotas mensuales sin tener que preocuparse por el futuro. Es un buen método con la incertidumbre que hay con el coche eléctrico y la duración de las baterías.
Cumplido el plazo el usuario decidirá si se queda el coche y paga o financia la última cuota; si lo devuelve y se desentiende del coche y de la deuda o si compra otro en las mismas condiciones.

Renting

Este caso es muy parecido al de la multiopción, pero entra en juego una entidad bancaria. El comprador envía la oferta del concesionario a su banco que se ocupará de gestionar las cuotas a las que hará frente el cliente.
En este caso no hay entrada, pero las mensualidades son más altas, aunque incluyen el seguro, cambio de neumáticos y las revisiones. El vehículo no estará a nombre del comprador, será un alquiler al banco. A los tres o cuatro años, el conductor decidirá si se lo queda o lo entrega.
Los bancos han ido un paso más allá y ofrecen en sus webs los coches que ofertan sin que haya que visitar el concesionario.
Comentarios
tracking