La secadora y la carga del coche eléctrico pueden ser incompatibles

La secadora y la carga del coche eléctrico pueden ser incompatibles

Muy funcional

El electrodoméstico que nunca debe funcionar en casa mientras cargas el coche eléctrico

Ambos demandan mucha energía en periodos prolongados y, a diferencia de otros aparatos, no funcionan a picos breves, sino de manera continua

En muchas viviendas españolas, especialmente en pisos urbanos, la potencia eléctrica contratada se sitúa en torno a los 4,4 o 4,6 kilovatios. Es una cifra habitual, suficiente durante años para cubrir las necesidades de un hogar medio. Sin embargo, la electrificación del consumo doméstico con la llegada del coche eléctrico y la proliferación de electrodomésticos de alto consumo, ha puesto en evidencia un problema cada vez más común como es la incompatibilidad entre usar la secadora y cargar el vehículo eléctrico de forma simultánea.

El conflicto responde a una cuestión puramente técnica y es que la suma de consumos instantáneos supera la potencia contratada, provocando que el interruptor de control de potencia o el propio contador digital corte el suministro. En el lenguaje cotidiano, saltan los plomos, aunque en realidad es el sistema de protección el que actúa para evitar una sobrecarga peligrosa.

4,5 kW es una potencia justa

Con 4,5 kW de potencia contratada, una vivienda puede sostener un consumo razonable, pero con poco margen. Esta potencia equivale, en la práctica, a poder usar varios electrodomésticos de forma moderada, siempre que no coincidan los más exigentes.

El problema aparece cuando entran en juego dos grandes consumidores eléctricos como la secadora y el cargador del coche eléctrico. Ambos demandan mucha energía en periodos prolongados y, a diferencia de otros aparatos, no funcionan a picos breves, sino de manera continua.

Cuánto consume una secadora

La secadora es uno de los electrodomésticos más intensivos del hogar. En un modelo normal el consumo instantáneo suele situarse entre 2.500 y 3.000 vatios. Incluso en secadoras modernas con bomba de calor la potencia demandada ronda entre 1.500 y 2.000 vatios.

Esto significa que, por sí sola, la secadora puede absorber entre el 40 % y más del 60 % de la potencia total disponible en una vivienda con 4,5 kW. A partir de ahí, cualquier otro consumo relevante se convierte en un riesgo.

La secadora puede absorber entre el 40 % y más del 60 % de la potencia total disponible

La mayoría de los usuarios que cargan su coche eléctrico en un enchufe doméstico o en un punto de carga en su plaza de garaje limitado suelen hacerlo a potencias de entre 2,3 y 3,7 kW. Incluso en el escenario más conservador de 2,3 kW, equivalente a un enchufe Schuko, el vehículo ya está consumiendo aproximadamente la mitad de la potencia contratada.

Si se combina una carga doméstica de 2,3 kW con una secadora de 2.000 o 3.000 vatios, el resultado es que la suma supera por mucho los 4,5 kW disponibles. El sistema de protección actúa y corta el suministro.

Otros electrodomésticos

El problema se agrava porque la secadora y el coche eléctrico no están solos en la vivienda. Aunque otros electrodomésticos tengan consumos más modestos, su uso simultáneo debe tenerse en cuenta.

Un frigorífico consume entre 100 y 300 vatios cuando el compresor está en funcionamiento. Un lavavajillas puede situarse en torno a 1.800 o 2.000 vatios durante el calentamiento del agua. Un horno eléctrico ronda los 2.000 a 2.500 vatios. Incluso una vitrocerámica o una placa de inducción puede superar fácilmente los 3.000 vatios si se utilizan varios fuegos.

Un lavavajillas puede situarse en torno a 1.800 o 2.000 vatios

A esto se suman consumos constantes como la iluminación, el router, televisores o equipos informáticos, que, aunque individuales parezcan insignificantes, contribuyen al total.

La secadora, el gran problema

A diferencia de otros electrodomésticos, la secadora suele utilizarse entre una y dos horas y mantiene un consumo elevado y estable. No es un pico puntual, como puede ser el arranque de un motor, sino una demanda continua que deja muy poco margen para otros usos intensivos.

Cuando coincide con la carga del coche eléctrico, el sistema eléctrico doméstico entra en una situación de sobrecarga. El contador digital detecta que se ha superado la potencia contratada durante unos segundos y corta el suministro de forma automática.

Soluciones

La solución más evidente es evitar la simultaneidad y programar la carga del coche eléctrico en horario nocturno y usar la secadora en otro momento del día. Muchos vehículos y cargadores permiten programar la carga de forma automática.

Otra opción es reducir la potencia de carga del coche, alargando el tiempo pero evitando el salto del contador. También existen gestores dinámicos de carga o balanceadores que ajustan automáticamente la potencia del vehículo en función del consumo del hogar.

Existen gestores dinámicos de carga que ajustan automáticamente la potencia del vehículo en función del consumo del hogar

La otra solución pasa por aumentar la potencia contratada, con el incremento en el término fijo de la factura eléctrica. Subir a 5,75 o 6,9 kW supone 50 euros por cada kW adicional.

La incompatibilidad entre la secadora y la carga del coche eléctrico en viviendas con 4,5 kW no es un fallo del sistema, más bien es una transición energética que empieza a darse en miles de hogares. Las casas consumen más electricidad que nunca y lo hacen de forma más concentrada.

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