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16 de abril de 2024

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EFE

Uffe Ellemann-Jensen (1941-2022)

El danés más influyente en la Europa de los noventa

Renegoció con éxito las condiciones de pertenencia de Dinamarca a la Unión Europea tras el referéndum fallido de 1992 e impulsó la creación del Consejo de Estados Bálticos

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Nació en Haarby el 1 de noviembre de 1941 y falleció en Osteerbro el 19 de junio de 2022

Uffe Ellemann-Jensen

Fue ministro de Asuntos Exteriores entre 1982 y 1993 y posteriormente líder del partido liberal Venstre. Era un atlantista convencido.

Uffe Ellemann-Jensen, a la sazón ministro de Asuntos Exteriores de Dinamarca, tuvo que desplegar toda su capacidad de convicción ante los socios europeos a raíz de la negativa de sus compatriotas –la diferencia fue de apenas 46.000 votos– de ratificar el Tratado de Maastricht el 3 de junio de 1992.
Hasta esa fecha, ningún país había frenado el proceso de integración europea. Ellemann-Jensen procedió en dos tiempos. Empezó por garantizar el compromiso del país escandinavo para con la Unión Europea. Posteriormente renegoció los aspectos del Tratado que más temores habían causado entre los daneses.
El nuevo acuerdo fue aprobado en la cumbre de Edimburgo en noviembre de 1992 y ratificado por una mayoría daneses en un nuevo referéndum celebrado en mayo del año siguiente.
Dinamarca obtuvo cuatro excepciones en relación con lo firmado en Maastricht: moneda única, ciudadanía europea, espacio de libertad, seguridad y justicia y política común de seguridad y defensa. A esta última volvió Dinamarca el pasado mes de febrero, nada más empezar la invasión rusa de Ucrania.
El otro gran logro de Ellemann-Jensen –al que ayudaban su campechanía y buen humor en las arduas negociaciones– en el escenario europeo fue el reconocimiento de la independencia de los países bálticos, vía trazada por Dinamarca y seguida poco después por Alemania.
Esta prueba de la capacidad de influencia ocasional de los «países pequeños» en el ámbito internacional, convirtió a Ellemann-Jensen en uno de los protagonistas de aquella época convulsa para una Europa en los años inmediatamente posteriores a la caída del muro de Berlín.
Era consciente que el nuevo y complejo tablero europeo precisaba de mecanismos de cooperación con vocación estabilizadores: de ahí que impulsara la creación del Consejo de Estados Bálticos, una organización que a lo largo de sus treinta años de existencia ha alcanzado un notable nivel de solidaridad entre sus miembros y a la que no tembló la mano al expulsar a Rusia hace unas semanas.
Menos suerte tuvo Ellemann-Jensen en la política nacional danesa. Al igual que muchos otros, creyó que la popularidad y el prestigio acumulados en el ámbito externo se plasmarían con relativa facilidad en el interno.
Pero en las elecciones de 1998, los votantes daneses los entendieron de otra manera y le propinaron una severa derrota. Se quedó sin ser primer ministro, renunció al escaño tres años más tarde y empezó una nueva carrera como miembro de varios consejos de administración, conferenciante y, sobre todo, inagotable polemista.
Su hijo Jakob Ellemann-Jensen, actual líder de la oposición, igual consigue ocupar el despacho del palacio de Christianborg tan ansiado por su padre.
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