El barón Trimble (1944-2022)
Artífice protestante de la pacificación del Ulster
Sus esfuerzos fueron recompensados por el Premio Nobel de la Paz que compartió con el católico John Hume
William David Trimble
Político unionista
Antes de dedicarse en cuerpo y alma a la política desarrolló una brillante carrera académica que le encumbró a la dirección del Departamento de Derecho Mercantil de la Universidad de Belfast. Obtuvo su primer escaño parlamentario en 1990, fue líder del Partido Democrático del Ulster desde 1995 a 2005 y encabezó el Ejecutivo norirlandés entre 1998 y 2002.
Escribe Robert Kee en su historia de Irlanda que David Trimble fue elegido, en agosto de 1995, líder del Partido Democrático del Ulster, «en gran parte su postura firme en defensa de la marcha protestante en el barrio católico de Drumcree [sito en la ciudad de Portadown]. Asimismo, su oposición anterior a compartir el poder, según lo establecido en el Acuerdo de Sunningdale, le dejaba en buena posición». De cara al universo protestante, entiéndase.
Más un año antes, el IRA había decretado un alto el fuego al que el tiempo transcurrido había convertido en fiable. Por eso, prosigue Kee, «uno de los primeros gestos de Trimble fue el de facilitar futuros acuerdos con el Sinn Fein a través de un acercamiento al [entonces] primer ministro de Irlanda, John Bruton, que a su vez estaba flexibilizando su posición sobre los Unionistas».
Esta triple y ordenada maniobra sentó las bases para que el 8 de abril de 1998, día de Viernes Santo de aquel año, se firmara el acuerdo de paz más duradero –aún está en vigor– del conflicto norirlandés.
Y cuya consecución no fue nada fácil: baste decir que unas horas antes las negociaciones estaban estancadas: solo la intervención in extremis de Tony Blair y de Bertie Ahern –sucesor de Bruton en la República de Irlanda– impidió que se esfumasen en pocas horas más de tres años de un trabajo agotador.
Trimble encabezó meses después el primer ejecutivo de coalición entre católicos y protestantes de la historia del Ulster.
Los inicios de la experiencia no fueron fáciles. Sin ir más lejos, el Ira demoraba la entrega de sus armas. «Sin armas, no hay Gobierno», espetó Trimble.
Unas palabras que iban dirigidas al Sinn Fein, su socio en el Gobierno. Pero desde el partido independentista alegaron, no sin cinismo, que usaban toda su influencia para convencer a la banda terrorista, pero que ésta no era parte del Acuerdo.
La situación terminó por reconducirse y en octubre, Trimble estaba en Oslo junto con el líder católico John Hume para recibir conjuntamente un merecido Premio Nobel de la Paz.
Los siguientes meses y años estuvieron sembrados de obstáculos –Londres, por ejemplo, suspendió en más de una ocasión la Asamblea Norirlandesa– que Trimble iba superando a trancas y a barrancas. Hasta que en 2002 fue puesto en minoría y dimitió, permaneciendo como parlamentario hasta 2007.
Fuera de la escena pública de su tierra, pero no de la política: en 2006 aceptó el escaño en la Cámara de los Lores ofrecido por Blair.
En Westminster estuvo especialmente activo en la Comisión de Asuntos Europeos, experiencia que le hizo evolucionar hacia posiciones cada vez más euroescépticas. El resultado fue un claro apoyo al Brexit en el referéndum de 2016.
Si bien en fechas más recientes profirió algunos lamentos en relación con la imprudencia exhibida por Boris Johnson sobre el delicado asunto de la frontera entre las dos Irlandas una vez consumada la salida de la Unión Europea.
Otro giro tomado por Trimble tiene que ver con el «matrimonio» homosexual: sus arraigadas convicciones cristianas en la materia se ablandaron repentinamente cuando una de sus hijas se casó con su novia.
Con todo, la Historia le agradecerá su bandazo más político. ¿Quién hubiera supuesto en los setenta que el joven profesor de Derecho militante de la organización paramilitar unionista Vanguard sería el artífice de la paz con los católicos?
