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30 de abril de 2024

Carlos López-Quesada

Cortesía de la familia

Carlos López-Quesada (1926-2023)

En el cuadro de honor de la hípica española

Obtuvo un diploma en las Olimpiadas de 1956 y dos medallas, oro individual y plata por equipos, en los Juegos del Mediterráneo de 1955

Carlos López-Quesada (1926-2023)
Nació el 27 de agosto de 1926 en Madrid, ciudad en la que falleció en 15 de octubre de 2023

Carlos López-Quesada Romero

Jinete desde la infancia, venció varios concursos en España, consiguió un diploma olímpico en 1956, dos medallas en los Juegos del Mediterráneo en 1955 y cuatro victorias colectivas en la Copa de Naciones.

Había un tiempo en que viajar al extranjero con caballos de competición era algo más que un desafío logístico: se hacía en trenes que no disponían, ni por asomo, de las comodidades de los de hoy. Fue una suerte, por lo tanto, que las pruebas ecuestres de los Juegos Olímpicos de 1956 se celebrasen en Estocolmo y no en sede oficial, la ciudad australiana de Melbourne. La delegación española –por primera vez los jinetes eran civiles en una actividad por entonces controlada por la autoridad militar– en la modalidad del concurso de saltos estaba integrada por Francisco, Paco, Goyoaga, referente de la hípica española contemporánea, Carlos Figueroa y Carlos López-Quesada.
Francisco Goyoaga, Carlos Figueroa y Carlos López-Quesada

Cortesía de la familia

Fue este último quien se quedó, por poco, al pie del podio; mas el premio recibido, un diploma olímpico, fue igual de meritorio. «Para mi padre –explica a El Debate su hijo Carolo, actual jefe de Saltos en la Real Federación Hípica Española– su experiencia olímpica fue mágica, ya que era representar a España en una cita olímpica, acompañado, además, por dos de sus mejores amigos».
La fama de López-Quesada, en todo caso, ya le precedía: el hito de Estocolmo era la continuación de otro importante éxito que fueron las dos medallas, oro individual y plata por equipos, obtenidas el año anterior en los Juegos del Mediterráneo. Su primera gran victoria se produjo en 1953, en la Copa del Generalísimo, con categoría de concurso de saltos internacional. Tampoco se puede olvidar, en lo tocante a trofeos colectivos, como su participación en las cuatro copas de las Naciones ganadas por España a mediados y finales de los cincuenta.
El jinete desarrolló esta brillante trayectoria a lomos de distintos caballos, si bien, precisa Carolo López-Quesada, eran dos sus favoritos. En primer lugar, «sin duda alguna, Tapatío, un caballo de origen argentino que habían adquirido en España al equipo mejicano. Era un caballo muy pequeño de alzada, pero por lo que he oído con unas facultades extraordinarias. También tenía predilección por Etoile E, una yegua francesa que le había recomendado su amigo y gran jinete Pierre Jonquères d’Oriola». López-Quesada se retiró en 1966, tras haber ganado el Gran Premio de Alicante. «Yo era muy pequeño, pero recuerdo imágenes de ese concurso».
Olimpiadas en Estocolmo 1956

Olimpiadas en Estocolmo 1956Cortesía de la familia

Después siguió montando durante muchos años en privado, siguiendo con su trabajo en la banca familiar, la López-Quesada y, sobre todo, ayudando a su hijo en su propio itinerario ecuestre. «Me gustaba como me los trabajaba, ya que era tremendamente paciente y sereno en el trabajo. Siempre fue mi referente de cómo había que ir preparando un caballo de concurso hípico», concluye. Carolo es el tercero de la saga, pues fue su abuelo, también jinete internacional y que ostentaba el mismo apodo, quien inculcó a su hijo la pasión por los saltos.
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