Jim Lovell
Jim Lovell (1928-2025)
El héroe de la NASA al que se le escapó la Luna
Astronauta del programa Apolo, participó en las misiones 8 y 13, aquella en la que pronunció la famosa frase: «Houston, hemos tenido un problema»
James A. Lovell
Astronauta en los programas Gemini y Apolo de la NASA
Tras una intensa trayectoria en la Armada de Estados Unidos, en los años 60 fue seleccionado por la NASA como uno de los astronautas de sus programas Gemini y Apolo. Viajó al espacio en cuatro ocasiones y participó en las misiones Apolo 8, la primera en orbitar la Luna, y Apolo 13, que no llegó a alunizar y en la que solo la pericia de su tripulación evitó una tragedia absoluta.
Los años de la Guerra Fría derivaron en una carrera espacial entre Estados Unidos y la URSS que marcaron un hito sin precedentes en la historia de la humanidad. El hombre, apenas unas décadas después de conseguir volar, se lanzó a la conquista del espacio y consiguió alcanzar la Luna.
Como bien supo reflejar Tom Wolfe en su obra The Right Stuff, los protagonistas de aquella hazaña se convirtieron inmediatamente en héroes. Algunos de sus nombres, como el de Yuri Gagarin o Neil Armstrong, ya pertenecen a los libros de historia. Otros son, quizá, menos conocidos, pero forman parte de una hazaña que marcó la segunda mitad del siglo XX y que caló de una forma muy profunda en la cultura popular. Jim Lovell, fallecido a los 97, es uno de esos astronautas cuya historia hizo y hace soñar con las estrellas.
El exceso de celo de la NASA a la hora de elegir a sus primeros hombres evitó que Lovell formara parte del programa Mercury. Hasta entonces había forjado una excelente carrera como capitán en la Marina de Estados Unidos, pero decidió lanzarse a la aventura espacial. A pesar del primer «no» de la agencia norteamericana a causa de la bilirrubina, en 1962 volvió a probar suerte y fue seleccionado dentro de su segundo grupo de astronautas. Las misiones Gemini fueron solo el primer paso antes de Apolo y el objetivo final de alcanzar la Luna.
En aquella gesta tuvo Jim Lovell un papel más que destacado. En las navidades de 1968 formó parte de la misión Apolo 8 junto a los ya fallecidos Frank Borman y William Anders. Ellos fueron los primeros en cabalgar a lomos del gigantesco Saturno V diseñado por Wernher von Braun y ellos fueron los primeros en dejar atrás la órbita terrestre y poner rumbo a nuestro satélite, donde llegaron para pasar una Nochebuena muy especial y en compañía de millones de telespectadores. La NASA, sabedora de la importancia de la publicidad, conectó con aquellos hombres y ofreció imágenes de nuestro planeta desde más de 380.000 kilómetros de distancia.
Aquel oscuro 1968 en el que habían asesinado a Martin Luther King, la guerra de Vietnam se complicaba y en el que las calles de París ardían al tiempo que veían nacer la posmodernidad, los tripulantes del Apolo 8 decidieron lanzar un mensaje lleno de luz a toda la humanidad. Para sorpresa de muchos, lo que provocó hasta denuncias, Lovell, Borman y Anders leyeron los primeros versículos del Génesis, aquellos que relatan la Creación, en una emisión récord en la cadena CBS.
Lovell no pisó la Luna aquel 1968, estuvo en las quinielas para formar parte de la histórica tripulación del Apolo 11, pero la historia le tenía reservado un papel muy diferente. Él sería el comandante de la tercera misión en posarse sobre el satélite, la 13, en abril de 1970. Sin embargo, un fallo durante el viaje de ida derivó en una carrera contra el reloj para volver a casa sanos y salvos. Fue en aquellos primeros momentos de tensión cuando pronunció la famosa frase: «Houston, hemos tenido un problema», inmortalizada (y retocada) después por Tom Hanks en la película dirigida por Ron Howard sobre aquel «exitoso fracaso», tal y como lo denominó el propio astronauta.
James A. Lovell no pisó jamás la Luna, pero su papel determinante en las misiones en las que participó, especialmente en esa Apolo 13 en la que su vida y la de sus dos compañeros estuvo en juego, lo convirtieron en uno de los rostros más reconocidos y queridos de la NASA. Fue un héroe condecorado de Estados Unidos, trabajó en varias empresas tras graduarse como astronauta y ha sobrevivido a la mayoría de sus compañeros de aventura.