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14 de mayo de 2024

HorizonteRamón Pérez-Maura

Y siguen creyendo al mentiroso

¿Por qué escogió García Egea en la hora de la despedida la televisión que peor ha tratado al PP desde que se fundó La Sexta hace algo más de una década? Es algo que tiene muy difícil explicación. O no

Actualizada 04:43

Es pasmosa la fe que demuestran los periodistas españoles en el presidente más mentiroso de nuestra Historia. Ayer Pablo Casado tuvo una elegante intervención en la sesión de control al Gobierno que en realidad fue una despedida de la Cámara, al menos en su condición de jefe de la oposición. Me llamó la atención que, pese a la brevedad de la intervención, Casado hablara con unas fichas en las que debía tener el esbozo de su discurso. Es algo que rara vez hemos visto en sus discursos en los que ha hecho largas intervenciones, técnicamente bien estructuradas y sin un papel delante.
La respuesta del presidente del Gobierno al presidente del Partido Popular y, por última vez, jefe de la oposición, dio un titular, perfectamente calculado, que todos los medios se apresuraron a repetir como papagayos: Sánchez dijo que no adelantará las elecciones. Es inverosímil cómo se puede seguir dando crédito al presidente más mentiroso de la historia. El mismo que juró y perjuró que nunca pactaría con Podemos para acabar dando la Vicepresidencia del Gobierno a Pablo Iglesias 72 horas después. El que dijo que jamás pactaría con Bildu y lo ha hecho en varios escenarios, incluyendo la ley más importante del año, la de presupuestos. Podríamos poner muchos otros ejemplos del presidente que ha legitimado la mentira como instrumento político. Y por legitimar quiero decir que mentir no tenga ningún coste.
En este momento probablemente la mayor parte del voto que está perdiendo el Partido Popular se está moviendo hacia Vox. Es poco probable que casi nada del electorado del PP asqueado por lo visto en la última semana se haya movido al PSOE aunque puede haber un pequeño porcentaje. En cambio, es probable que una buena parte del voto de Podemos –o como se llame hoy– se haya ido al PSOE. Añadamos a ello el factor concentración del voto en una lista electoral. Es decir: el voto de la izquierda se concentraría mucho más y por la ley D'Hont que rige nuestras elecciones –salvo las del Senado– el PSOE podría verse favorecido frente a una derecha que puede estar dividida en dos mitades con apoyos muy similares.
Esa es la realidad que sólo se vería matizada si es que el voto de Podemos no se pasa al PSOE sino que se va a la abstención. En ese caso, una derecha que suma los mismos votos que antes aunque con diferente reparto, sí podría imponerse.
El PP tendrá un nuevo presidente en aproximadamente 40 días como máximo. Si, como todo apunta, es Alberto Núñez Feijóo, la duda que se genera es qué reacción provocará en el electorado. Cuánto tiempo tardará en recuperar el voto del PP y mejorar lo que los sondeos daban a Casado hace dos semanas. Por eso, desde el punto de vista de Sánchez, le conviene convocar cuanto antes.
Por cierto, es muy interesante reflexionar sobre el cariño con el que La Sexta trata en esta hora a Casado y García Egea. Al secretario general cesante del PP le hicieron un programa especial monográfico de más de una hora de entrevista y cambiando la programación. Algo verdaderamente notable. García Egea podía escoger la televisión que le viniera en gana para hablar. Todas le hubieran tratado bien. Todas hubieran querido tenerle. ¿Por qué escogió en la hora de la despedida la televisión que peor ha tratado al PP desde que se fundó La Sexta hace algo más de una década? Es algo que tiene muy difícil explicación. O no.
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