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19 de abril de 2024

Cosas que pasanAlfonso Ussía

Sobonzuela

No saluda, soba. Es tocona de nacimiento. No lo puede remediar, porque no se trata de un tic, sino de un ímpetu irrefrenable

Actualizada 01:30

Sea recordado con solemne respeto el chotis que se marcó el Viejo Profesor, Don Enrique Tierno Galván, con la bella señorita Flor Mukubi, Miss Guinea Ecuatorial, durante la campaña electoral al Ayuntamiento de Madrid y cuyos resultados fueron abrumadoramente favorables al candidato socialista, que pegó un repaso en las urnas al «Nuevo Profesor» que presentó Alianza Popular, Jorge Verstrynge. Aquel chotis le hizo ganar a Tierno muchos votos con los que no contaba, entre ellos el mío. Tierno era un alejado del PSOE, despreciaba a los dirigentes de su partido, a su teniente de alcalde, Juan Barranco, le llamaba «Juanito Precipicio», y se llevaba bien con los políticos de la Oposición. A Verstrynge lo fulminó.
Un poeta, joven y muy cercano a mí, le escribió un poema al chotis, y lo recitó en Antena-3 de Radio, con bastante éxito, hay que reconocerlo.
Don Enrique se menea
Con la nena de Guinea.
Suavemente toquetea
Su culillo respingón.
Y la nena, que es muy sosa
Y altamente pudorosa,
Le susurra candorosa:
–Don Enrique, «Uté é un sobón».
Bueno, pues hay que decirlo. Don Enrique, comparado con la sobona de Fene, era manco.
Ha sobado a Garamendi, a Pedro Sánchez, a los líderes marisqueros sindicales, a Lula da Silva, lo intentó con Su Santidad el Papa y ahora le ha tocado el turno a Ada Colau. No saluda, soba. Es tocona de nacimiento. No lo puede remediar, porque no se trata de un tic, sino de un ímpetu irrefrenable, oleaje de marejada en Finisterre, besucona y masajista simultáneamente, un tostón de mujer, escrito sea con el mayor de los respetos.
La sobona de Fene, después de abrazar y tocar –reconózcase su valentía–, a la alcaldesa de Barcelona, ha defendido «el derecho a decidir» de Cataluña. No se sabe a decidir qué. Y lo ha hecho cuando la alcaldesa, que ha destruido con tanta eficacia la antaño maravillosa ciudad, se mueve influida por el asesoramiento íntimo de un aristócrata de Neguri, partidario de diferentes derechos a decidir en otros territorios y deambula más despistada que nunca, que el amor es así. Nada me extrañaría que en un futuro próximo, Ada Colau se presente por Bildu a la alcaldía de Bilbao, olvidando los derechos a decidir de los catalanes. La vida es una tómbola y da muchas vueltas. Don Enrique lo tuvo más claro.
¡Que caray con don Enrique!
Que tiene un dedo meñique
Ducho en abrir cualquier dique
Bailando un chotis al son.
Un dedo como una hormiga
Tenaz, que no se fatiga,
Aunque la nena le diga:
–Don Enrique, «uté e un sobón».
La vicepresidente de un Gobierno de España no puede ir sobando a la humanidad en contra de España. Modérese la cariñosa de Fene, ajuste sus gestos y sus caricias, y compórtese con la adecuada dignidad que requiere su cargo.
Esos sobeos no llevan a ninguna parte. Aprenda del Viejo Profesor, que llegó por las urnas y no por el dedo, a la Alcaldía de Madrid para pasar a la historia como un florero de la sabiduría y la cultura. Porque la Alcaldía le aburría muchísimo y no se ocupó de ella.
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