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19 de abril de 2024

Cosas que pasanAlfonso Ussía

¡Reluce!

Me atrevo a proponer que las pulseras telemáticas y avisadoras habrían de acoplarse a las muñecas de la señora ministra, su segunda Pam y sus terceras asesoras, con el fin de detectar si se hallan reunidas para redactar nuevas leyes

Actualizada 09:19

Lo escribió don José María Pemán –perdón por recordar al gran escritor de Cádiz–, de la calle de Alcalá cuando los empresarios, ganaderos y agricultores andaluces visitaban Madrid «para hacer gestiones».
La calle de Alcalá
¡Cómo reluce!
Cuando suben y bajan
Los andaluces.
Hoy habría que modernizarla, poner al día la estrofilla.
La calle de Alcalá,
Jardín de flores.
Cuando suben y bajan
Los violadores.
Son ya más de doscientos delincuentes sexuales, asesinos, violadores, pedófilos y proxenetas los que han visto reducidas sus penas por la inadmisible y bochornosa ley del contubernio gamberro instalado en el Ministerio de Igualdad. Más de veinte peligrosos delincuentes ya están en la calle. Resumo la calle de Alcalá, por su singularidad capitalina como calle de todas las calles entre las calles de las grandes ciudades y pueblos de España.
Elena Valenciano y Manuela Carmena han ingresado de golpe en el ámbito del fascismo porque han definido la ley de Irene Montero, la Pam y compañía, de intolerable y mal hecha. Han pedido desde sus militancias socialista y comunista, respectivamente, que la ley sea retirada y profundamente modificada. No obstante, Pedro Sánchez, que es el principal responsable de esta salvaje chapuza, no quiere líos con Podemos. Ni Pedro Sánchez, ni los diputados y senadores que han aprobado el bodrio en beneficio de los violadores, asesinos sexuales, pedófilos y proxenetas, entre ellos los diputados y senadores del ultraderechista y sacristanoide Partido Nacionalista Vasco. Porque la ultraderecha no está en Vox y ahí el PP se equivoca. Está en el PNV y en el sector más conservador y racista del separatismo catalán.
La calle de Alcalá,
Dulce avispero,
De violadores libres
Por la Montero.
Dado que la Montero de Igualdad, –no confundir con la Montero de Hacienda, ni con el Montoro de Rajoy y Soraya–, se ha apercibido del desastre que ha desatado su cochambrosa ley, opta ahora por instalar pulseras telemáticas en las muñecas de los violadores excarcelados. Y me atrevo a proponer que las pulseras telemáticas y avisadoras habrían de acoplarse a las muñecas de la señora ministra, su segunda Pam y sus terceras asesoras, con el fin de detectar si se hallan reunidas para redactar nuevas leyes. Se trata de una propuesta rebosada de buena voluntad, sin ánimo alguno de deteriorar la imagen y la sabiduría legal del grupete ultrafeminista que tanto ha beneficiado a los delincuentes sexuales.
La calle de Alcalá
Nada conviene
Pasearla en la noche….
Por doña Irene.
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