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27 de abril de 2024

Cosas que pasanAlfonso Ussía

Una, al menos

Estoy a la espera de que el tal Monrosi nos diga qué miembro de Bildu –uno sólo– se jugó la vida contra la ETA. No lo dirá, porque no existe

Actualizada 01:30

Últimamente me ha dado por la mamarrachez desconocida. Resulta alentador el reto. Escribir de Sánchez, el de los acercamientos a la ETA, resulta agotador. Los acercamientos y los tocamientos. Que eso les decía para aconsejarlas, doña Roberta Schmidt Gorriti, dama de acrisoladas virtudes, a sus bellísimas hijas Coro, Mónica y Francisca, que en el mismo año fueron elegidas «Miss Pasajes de San Pedro», «Miss Pasajes de San Juan» y «Miss Pasajes Ancho», los tres Pasajes. Estaban buenísimas y eran de fluidos hablares. Y doña Roberta, harta estaba de tantos peligros. «Hijas mías, hay muchos muchachos que beben por vuestros vientos. Tened cuidado con los acercamientos, que después vienen los tocamientos, y finalmente los esparcimientos pecaminosos contra el Sexto Mandamiento».
Las niñas, con sus bandas de «misses» cubriendo en diagonal sus pechos, replicaron a su madre: «Madre, si hay muchos chicos que beben por nuestros vientos, díganos el nombre de uno de ellos. Porque ninguno nos llama». Y así era. A pesar de sus despampanantes bellezas, ni Coro ni Mónica ni Francisca se comían una rosca. Como decía Francisca, la más pequeña y graciosa «en Pasajes sólo se comen roscas, 'las morroskas'». Y ellas eran estilizadas, juncales, y no sabían hablar en vascuence. Se mudaron a Burgos, y comenzaron los acercamientos, los tocamientos y los esparcimientos. Por otra parte, les encantaron las morcillas de Burgos, y doña Roberta tuvo que asumir toda suerte de contrariedades. Fue salir de Pasajes, y armaron la gorda y el barullo.
Pero no formaban parte de la mamarrachez desconocida. La mamarrachez desconocida abunda en los platós de las cadenas de televisión del PSOE, como son las de Atresmedia y Mediaset. Para mí, que ven a un tipo o una tipa por la calle con aspecto de «amnistía sostenible», les hacen una oferta, y al día siguiente aparece como experto politólogo en el programa de la Griso o en las tertulias de La Sexta. Y dado mi nulo interés por esos espacios financiados por quien todos sabemos, mi desconcierto es grave. «¿Conoces a Enrique Monrosi?» «No». «Es un agudo comentarista político». «Lo siento una barbaridad».
Pero todo salta a las redes. Y he conocido en Twitter, ahora X, al eximio periodista y politólogo Monrosi. Enrique Monrosi, profundo conocedor de la trayectoria de los dirigentes de Bildu, ha salido en La Sexta en defensa del honor y la valentía de muchos miembros del partido del etarra Otegui y socio preferente de Sánchez. Y ha manifestado, con herida consternación, lo que literalmente transcribo: «Hay mucha gente en Bildu que se jugó la vida contra ETA». En el antiguo periodismo, ante semejante afirmación, el moderador del programa le habría preguntado al tal Monrosi: «Si hay mucha gente en Bildu que se jugó la vida contra ETA, dígame, al menos, el nombre y el apellido de uno de esos valientes». Pero ahora todo vale, y ningún participante en la mesa de la sabiduría Bilduetarra tuvo interés en conocer la identidad de uno sólo de esos valientes. Se trató de un cumplimiento de servicio de blanqueo de Monrosi del pacto pútrido y repugnante de Sánchez con los etarras –los ex etarras no existen, porque aquel que lo ha sido será etarra hasta la muerte– para cumplir con su promesa. Entregar a Bildu la alcaldía de Pamplona, y así favorecer la colonización del viejo Reino de Navarra por el separatismo vasco. Sólo con Navarra, lo que hoy denominan «Euskadi ó Euzkadi» (no se ponen de acuerdo), podría ser autosuficiente. Y Navarra es el sueño del separatismo. Y ha coincidido el principio del gozo de ese sueño con la necesidad de Sánchez de los votos del terrorismo para seguir en la Moncloa, que ya se lo ha advertido Begoña. «Como te desalojen de nuestra casa de la Moncloa, te vas a enterar de lo que es bueno».
Es decir, que estoy a la espera de que el tal Monrosi nos diga qué miembro de Bildu –uno sólo– se jugó la vida contra la ETA. No lo dirá, porque no existe.
Sánchez ha traicionado con vileza a Pamplona, Navarra y España.
Nada nuevo. Me quedo con las «misses» de Pasajes. Ningún etarra se atrevió a los acercamientos, tocamientos y esparcimientos. Sánchez ha pactado con los encapuchados que asesinaron a los suyos. Que también eran nuestros, y rozaron la terrible suma de 900 asesinados.
Y sale un tal Monrosi y…
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