Mazón se equivocó...
...pero no hagamos el pánfilo, porque zumbarle a saco es la última consigna de Moncloa para tapar sus muchas y escandalosas vergüenzas
Carlos Mazón, que no es exactamente Adenauer, se equivocó en la tarde de la tragedia de la dana. Anduvo muy poco diligente y ha ofrecido versiones contradictorias sobre lo ocurrido en aquellas horas. Además, la consejera que debía hacerse cargo del envite, a la que ya ha cesado, no sabía ni cómo funcionaban las alertas.
Mazón se equivocó, como recalcan en sus aperturas todos los informativos de las televisiones del régimen y como enfatizan Bolaños y Óscar López cada vez que vislumbran un micrófono. Moncloa ha impartido una consigna para tapar sus muchas vergüenzas: leña a Mazón a todas horas. Y las televisiones cumplen y lo abrasan. La presión gubernamental funciona tan bien que hasta cierto tertulianismo de supuesta derecha arruga la nariz ante el luciferino presidente valenciano, que «tiene que irse».
Mazón se equivocó, sí… pero los servicios del Estado (Confederación del Júcar y Aemet) no le dieron una sola alerta concreta sobre el fin del mundo que se venía encima en el barranco del Poyo y la vicepresidenta del ramo, Ribera, desapareció ocho días —antes y después de la tragedia— para preparar su examen de comisaria y forrarse en Bruselas (que era lo único que le importaba mientras los valencianos morían y perdían sus bienes).
Mazón se equivocó, sí… pero de las ayudas prometidas con gran pompa por Sánchez solo ha llegado a los valencianos una quinta parte, y han pasado ya cinco meses.
Mazón se equivocó… pero no encaró la tragedia con aire displicente, como Sánchez; no dejó tirados a los Reyes en una protesta vecinal y escapó como un cobarde; no tardó ochenta días en regresar a Valencia, temeroso de los abucheos; no se inventó una conjura de ultraderechistas en las calles de Paiporta, mentira desmentida luego por las fuerzas de seguridad.
Mazón se equivocó, sí… pero la amante del hombre fuerte de Sánchez en el Gobierno «guapo» y súper «feminista» contó ayer en el Supremo con todo detalle cómo Ábalos le inventó dos empleos públicos ficticios y la mantenía con fondos opacos del Estado… y eso es solo un chascarrillo en los informativos del régimen. También se opaca la noticia de que la muy feminista ley del 'solo sí es sí', que aprobó el Gobierno de Sánchez tras el caso de la Manada, ha acabado rebajando las penas... ¡de la propia Manada!, porque era un truño legislativo redactado por unas histéricas legas en Derecho.
Mazón se equivocó y ofreció versiones distintas de la tarde de la dana, por eso los ministros del PSOE le afean, con razón, que no se puede mentir… Sánchez mintió sobre sus promesas electorales, sobre Podemos en el Gobierno, sobre los pactos con Bildu, sobre la amnistía, sobre datos cruciales de la pandemia… pero aquí no pasa nada, es de los nuestros, que tienen bula.
Mazón se equivocó… pero la verdad que no queremos asumir, porque no nos gusta el mundo adulto, es que aunque fuese una combinación de De Gaulle, Churchill y Roosevelt, en Valencia habría ocurrido igualmente una tragedia terrible, porque el volumen de agua que cayó desbordó todo lo imaginable y resultaba imparable (y más cuando los gobiernos de Sánchez y Ximo Puig no habían acometido una sobra obra hidráulica para evitar algo así, porque limpiar los cauces e intervenir en ríos y barrancos es ahora antiecológico).
Vivimos en la España de la hipocresía y el doble rasero al son que dicta la izquierda. Si Mazón tiene que desfilar e irse a casa, Sánchez —el conejo de Paiporta, el de la guerra sucia contra Ayuso, el de la mujer, el hermano, el fiscal y el ministro estrella imputados— debería estar prejubilado y en pantuflas en su casa hace ya muchos meses.
Pero ahí tienen al PP, con su complejo de inferioridad ante la izquierda, sopesando si se carga a Mazón, cuando Sánchez ha premiado a la escaqueada Ribera con un puestazo en Bruselas, o ha llegado al extremo de indultar los ERE en el TC de Pumpido, o mantiene en su cargo al filtrador enmascarado y el hombre que más cambia de móvil en España, es decir, el conspicuo golfo García Ortiz. ¡Tenemos un fiscal general que se ha probado que destruye pruebas de una investigación! Pero eso es un chascarrillo. Aquí el único tema es que Mazón llegó media hora tarde.
Mazón se equivocó, sí. Pero no hagamos el pánfilo.