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Cosas que pasanAlfonso Ussía

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Y lo que han hecho con él sus más cercanos compañeros de partido, es un abuso

Actualizada 01:30

Me resultó insoportable el latigazo de dolor anímico al ver a nuestro presidente del Gobierno tan descacharrado, demacrado y compungido. No supe interpretar su sincero dolor, ni su paso por el sillón del maquillador que se ha instalado de forma permanente en La Moncloa. Pasé muy mala noche. Todos hemos sufrido noches de tristeza cautiva, esa melancolía que no deja de afligirnos hasta que surgen las primeras luces del alba. De niño experimenté la desolación, el llanto y el insomnio cuando mi tío Nicolás Gómez de Altafaya me contó su versión de El Patito Feo. Ya lo conocen. El patito rechazado por sus hermanos y su madre porque era horroroso, y le hacían luz de gas. Pero de la noche a la mañana se convirtió en un precioso cisne, que levantó el vuelo y los patitos envidiosos se apercibieron de su pequeñez.

Esta es la versión McMilland, pero el tío Nicolás me narró la versión de Gorpov, mucho más desagradable. Los patitos, con la ayuda de su madre, aprovechando el sueño de su extraño hermano e hijo, fueron hacia él y lo mataron. Cuando rompí en zollipos, mi tío Nicolás se largó sin darme explicaciones, y si no llega a ser por mi ama de cría, Vichori Echevarrieta, que oyó mis llantos y mis ahogos, doblo la servilleta. Hoy sería una cabecita con alas de angelito.

Yo tenía – aunque en ocasiones lo disimulaba-, una gran admiración por Pedro Sánchez. Se recorrió en un Peugeot toda España para recuperar el mando de su partido. Los cuatro del Peugeot. Él, Ábalos, Santos Cerdán y Koldo. Tres de ellos ya están acostumbrándose a una larga temporada en los paradores menos seductores del Estado. Y Pedro no. Pedro lamentó de veras no haberse enterado de nada , a pesar de la íntima cercanía que le unía a sus amigos. Pedro no está loco, ni es un psicópata, ni chulo de bolera, ni gallina de Paiporta, ni culo de Falcon, ni mentiroso compulsivo, es un hombre bueno y sabe enfrentarse a las mayores injusticias.

Y lo que han hecho con él sus más cercanos compañeros de partido, es un abuso. Roban a manos llenas y Pedro no se entera, ni es informado. Su imagen representa la de un gigante transparente y bondadoso que emerge desde una masa de repugnantes seres corruptos, que son los que más le votan.

Hace bien en no dimitir, porque no ha hecho nada para adoptar tan grave decisión. Es cierto, que por dejadez o exceso de bondad, sus amigos le han puesto la retambufa en carne viva. No ha existido partido más traidor y ladrón en España, y algo, digo yo, algo tenía que saber. Pero como él ha dicho, le restan fuerzas para llegar a 2027 y ganar de nuevo las elecciones. El problema, el pasmo, es que empiezan a ser muchos los socialistas envenenados por la extrema derecha que dudan de la conveniencia de su lealtad. Un Peugeot de cuatro ruedas no puede moverse con una sóla.

Ayer escribí que doña María Guerrero, a su lado, era una actriz inexpresiva y sosa. Me desdigo. Pedro es un comediante de primera categoría, aunque los lenguaraces periodistas que no reconocen nada, se dejen llevar ahora por los fascistas. Pedro es una mancha blanca de pureza en barrizal de los ladrones y los comisionistas. Yo lo veo así. España y yo somos así, señora.

No obstante, y como de condición primaria los de derechas somos muy malos, me veo en la obligación de anunciar que el día que Pedro ingrese, soltero o casado, en la cárcel, mi grupo de amigos norteños lo celebrará con un cocido lebaniego, bogavantes pagados de nuestros bolsillos, y chupitos a discreción. Este tipo, este hermoso y presollozal maquilleta, no tiene escapatoria.

Pero de aquí a que se vaya, la UCO, esos héroes de la Guardia Civil, tienen que impedirle cualquier truco de salida.

Y termino como empecé. Es un chico excelente, un hijo ejemplar, un esposo modélico , y si me lo permiten, un auténtico sinvergüenza.

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