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HorizonteRamón Pérez-Maura

Cuando Hacienda nos mete miedo

La forma en que Hacienda avasalla a los contribuyentes es digna de mejor causa. Y debería de ser estudiada por las organizaciones defensoras de los derechos humanos. Porque debe de ser una de las pocas actuaciones legales en la que la estrategia del Gobierno se basa en meter miedo a los administrados

El pasado 30 de junio a las 8:11 minutos de la mañana Hacienda me cargó en mi cuenta el pago del impuesto sobre la renta y dos minutos más tarde el impuesto sobre patrimonio. Es cierto que ése es el día límite fijado para el pago de nuestros impuestos. Pero también tenemos derecho a disponer de esa mañana para gestionar el pago y generar el efectivo necesario para abonar «la factura». En fin, ésa no es la cuestión ahora.

Todos hemos visto la noticia de cómo la actriz Ana Duato ha sido absuelta por la Audiencia Nacional de unos presuntos delitos fiscales. Duato y su marido, Miguel Ángel Bernardeu, siguieron una estrategia de defensa distinta a la de otro encausado, Imanol Arias. Mientras que Duato y su esposo se negaron a reconocer en ningún momento que fuesen culpables de estafar a Hacienda, al principio del juicio Arias pactó con Hacienda reconocerse culpable. Así, los 16 años que la Fiscalía solicitaba para cada uno de los procesados, en el caso de Arias se reducían a dos años y dos meses.

La forma en que Hacienda avasalla a los contribuyentes es digna de mejor causa. Y debería de ser estudiada por las organizaciones defensoras de los derechos humanos. Porque debe de ser una de las pocas actuaciones legales en la que la estrategia del Gobierno se basa en meter miedo a los administrados. Sospecho que Imanol Arias pactó con la Fiscalía porque tenía miedo de que Hacienda acabara imponiendo su tesis. En cambio, Duato y Bernardeu tuvieron los bemoles de enfrentarse con Hacienda con la certeza de que nunca pretendieron cometer una ilegalidad. Porque todos los contribuyentes, dentro de la legalidad, podemos pagar más o menos impuestos según las figuras tributarias a las que nos acojamos. Y por supuesto que es perfectamente legal acogerte a la que más te beneficie.

Las diferentes sentencias del matrimonio Bernardeu e Imanol Arias nos llevan a una conclusión evidente: cuídense mucho de pactar con Hacienda su propia culpabilidad. Aquí hemos visto cómo con la misma acusación, los Bernardeu se han ido a su casa e Imanol Arias tiene más de dos años de cárcel porque eso es lo que él mismo pactó con la Fiscalía. No hace falta ser un lince para concluir cómo debe sentirse en este momento.

Otrosí: caso aparte es el del jefe del despacho tributario Nummaria, Fernando Peña. Peña es un inspector de Hacienda que se pasó al otro lado para asesorar a empresas y particulares. Y le han caído nada menos que 80 años de cárcel. Como dice un amigo mío que ha presidido uno de los grandes despachos de abogados de Madrid, penalmente le hubiera convenido más matar de un tiro al fiscal. Estaría en su casa mucho antes que estafando a Hacienda.

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