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Cosas que pasanAlfonso Ussía

La rivalidad

A Plácido Domingo, las histéricas, le han puesto el veto por unas acusaciones confusas de una soprano. A Picasso no se le juzga por sus desmanes y abusos sexuales. Los comunistas se respetan

Dalí de Picasso: «Picasso es pintor, y yo también. Picasso es español y yo también. Picasso es un genio, y yo también, y Picasso es comunista, y yo tampoco». Pero el gran rival era Modigliani. El gran rival en el éxito con las mujeres. Picasso lo tenía por ser Picasso y se comportó como un animal con ellas. Modigliani las enamoraba. De no ser un genio de la pintura, Modigliani habría enamorado a las mujeres siendo vendedor ambulante de naranjas. Y eso le torturaba al pintor malagueño. Una de sus mujeres, con razón y resentimiento, expresó: «Si Pablo se encuentra alguna vez por la calle con una mujer parecida a las mujeres de sus cuadros, se desmayaría y moriría». Picasso convertía en rostros deformes y caprichosos la belleza maciza de sus modelos, que todas, para serlo, pasaban por el aro. Modigliani tenía cola y Picasso se sentía humillado. Como buen comunista, sentía fascinación por la duquesa de Alba, y quiso pintarla desnuda. Su marido, don Luis Martínez de Irujo, mandó a Picasso a paseo. «De haber superado el hecho de desnudarme, hubiera preferido posar para Modigliani». Aquello envejeció por la envidia al gran pintor malagueño. Llegaron a un acuerdo de intercambio. Modigliani eligió un gran lienzo de Picasso y Picasso el peor cuadro de Modigliani. Lo tenía expuesto en lugar preferente de su estudio. «Este horror es de Modigliani, me lo ha regalado, y a pesar de su mala calidad artística, lo he colocado aquí porque me da pena». Modigliani vendió el Picasso a Nelson Rockefeller por unos buenos millones de dólares.

«Aprendí a pintar como Rafael a los doce años, y he tardado mucho en conseguir pintar como Picasso». Los genios no están obligados a ser modestos. «Me gusta vivir como los pobres, pero con mucho dinero». Picasso siempre fue español, gran aficionado a los toros, y a su manera, comunista. A Plácido Domingo, las histéricas, le han puesto el veto por unas acusaciones confusas de una soprano. A Picasso no se le juzga por sus desmanes y abusos sexuales. Los comunistas se respetan. La Montero y la Belarra consideran legal que los pintores de la izquierda se cepillen a sus modelos antes de posar.

En la URSS le ofrecieron, a cambio de adoptar la nacionalidad soviética, un palacete de los Yusupov, y toda clase premios y distinciones. Picasso fue rotundo. «Vivo en París y Leningrado está en Rusia, si aceptara estaría loco. Esa gente tan admirada y querida por mí, sobrevive en muy malas condiciones». Tenía razón. Un buen comunista español siempre elige ser comunista en un régimen de libertades.

De lo que no cabe duda es de su genialidad. «Si me gusta mi cuadro, digo que es mío. Si no me convence, afirmo que es una copia». Dalí intentó traerlo a España a morir. No quiso. «Me quedo añorando su luz y su alegría». El mejor artista puede tener esas obsesiones, nunca satisfechas. –¿Con cuántas mujeres se ha acostado a lo largo de su vida? –Con más de cuatrocientas. El doble que Modigliani.

No termino de entender que mis impulsos me hayan llevado hoy a Pablo Ruiz Picasso.

Siempre a la zaga de Modigliani. Como Sánchez de la Meloni.

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