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29 de abril de 2024

Cartas al director

Paloma 0'Shea

El Sr. Pérez-Maura el día 7 escribió un artículo referente al concurso de piano Paloma O´Shea y me mencionó. Soy Antonio Mariscal, chófer jubilado de la familia Botín. He escrito estas palabras ampliando un poco lo que el Sr. Pérez- Maura transmitió.
Conocí al Sr. Pérez-Maura cuando aún casi no andaba. El entonces director del Conservatorio de Música de Santander, que estaba en un viejo caserón en la calle Alta, era Manuel Varcárcel, compañero mío en Banco de Santander, hombre del mundo de la música con cara de artista. Me dijo un día: «Antonio la profesora de música de las niñas de los Botín, que es alumna mía en el conservatorio, hija de Pepe el practicante de la familia Botín (un santo varón), deja las clases porque se va a Valladolid a seguir el curso superior, y a mí me sobran clases, pero me haría ilusión empezar con una alumna y llevarla hasta el final, porque las que empiezan enseguida se cansan y yo me llevo un gran disgusto».
Por aquellas fechas eran los exámenes de fin de curso en el Conservatorio y doña Paloma O´shea fue acompañando a su hija Paloma a su examen; yo, como conductor, las llevé y las acompañé a subir arriba, donde eran los exámenes, porque la escalera era de madera y estaba en muy mal estado y había su peligro….
Al terminar los exámenes baja Doña Paloma con su hija acompañada por el director, el mencionado Varcárcel, se despiden y dice doña Paloma al Sr. Varcárcel: «Organice un concurso para el curso próximo que dé prestigio al Conservatorio»; adiós y se despidieron. En ese justo momento nació el Concurso Internacional de Piano de Santander. De vuelta a casa me pregunta doña Paloma si yo conozco a ese señor, por el trato cordial que tuvo conmigo, y le dije que era compañero del Banco de Santander. Y que me dijo que la profesora de las niñas se iba a Valladolid y a él le gustaría darles las clases. Fue para Doña Paloma una grata sorpresa el cómo conoció al Sr. Varcárcel; por tanto me tocó a mí llevarlo y traerlo al chalet de la familia Botín; el Sr. Varcárcel, quitando de la música, de poco más sabía. Si la cara es el espejo del alma, la del amigo Varcárcel era la del artista con un piano metido entre ceja y ceja.
Viví todas las angustias y miedos de lo que iba acaeciendo el primer año y en los restantes del Concurso de Piano. Durante todos esos meses fui su confesor, consejero, animador, porque el miedo que ese hombre pudo pasar era grande. Recuerdo decirle habitualmente: «Doña Paloma nunca te va dejar tirado y siempre te apoyará». Es para escribir un libro donde explicar con detalle que nacen las cosas y se hacen grandes porque quien les da vida es un ser muy grande y fuera de lo normal, cómo doña Paloma O´Shea. Tuve la suerte y el honor de conocerla y trabajar para ella y la reverenciaré toda mi vida.
Doña Paloma O´Shea Artiñano, desde aquí mi respeto y cariño. Yo, ya con 88 años pero con la mente muy fresca y ágil, recuerdo ser un servidor que siempre me sentí respetado y querido y nunca me hicieron sentir menos. Como ya me queda poco de la vida y veo cerca el puerto de la eternidad tengo en mi corazón mi agradecimiento a esta gran familia montañesa.

Antonio Mariscal Carrasco

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