Hollywood en la Moncloa

A Sánchez le está costando digerir las mayorías absolutas del PP en Andalucía y Madrid. Y al amargo varapalo recibido, se le suman los escalofríos que le producen los resultados de los sondeos electorales, que amenazan con poner fin a su cesarismo. Dada su patológica egolatría, la posibilidad de tener que abandonar su zona de confort le aterra. Ya ha comenzado a diseñar su estrategia ante el incierto panorama que se vislumbra. Ha cesado a varios dirigentes socialistas, a los que ha responsabilizado de sus fracasos electorales. Ha acelerado la marcha de su descomunal maquinaria propagandística integrada por mas de 300 asesores. Y como colofón, ha decidido llevar Hollywood a la Moncloa, y filmar una telenovela rosa como protagonista estelar. Pero su falta de credibilidad es consecuencia de su política errática y rastrera, y no se soluciona con piruetas estrafalarias. Su acoso a las instituciones, su mercadeo con España, su crítica insolente a la Justicia, su humillación a la Corona, eliminar el castellano como lengua vehicular de la enseñanza, o consentir con sus pactos que los separatistas y los filoetarras condicionen la política de España, seguirán aumentando su descrédito y sus abucheos en la calle.

Llevar Hollywood a la Moncloa es un error, porque al contribuyente le produce alergia que su dinero se despilfarre en veleidades políticas, en autobombos narcisistas. Perdería menos credibilidad si en lugar de creerse Clark Gable, interpretarse a Teresa de Calcuta.