Cartas al director
Eufemismos
La sociedad actual adolece de un miedo cerval a las palabras que definen algo con una precisión quirúrgica y fácil de entender; hemos asimilado como algo normal hablar cubiertos por un embozo invisible, que disimula la cruda realidad almibarándola. ¿Por qué nos autocensuramos? El eufemismo implica además obligar a quien lo utiliza a emplear más palabras para decir lo mismo pero solapado, llegando el caso ridículo de caer en la verborrea. Verbigracia: 'El accidentado presentaba heridas incompatibles con la vida', para no decir que ha fallecido. Un vocablo que está en boga es 'rearmar' que significa equipar nuevamente con armamento militar o reforzar el que ya existía.
¿Por qué algunos se ruborizan negándose a utilizarlo y pretenden tratarnos como a una sociedad párvula mediante un eufemismo? Desterremos el lenguaje barroco, incluso churrigeresco, que nos obliga a utilizar abundantes elementos retóricos para ocultar lo obvio. No vivimos en los mundos de Yupi, ni subidos en una parra; no infantilicemos todavía más a la sociedad tratando de que como mucho no pase de la adolescencia. Hablemos claro, sin subterfugios, como siempre lo ha hecho el pueblo llano: al pan, pan y al vino, vino; la hiel, hiel y la miel, miel.